El discurso oficial de los medios de comunicación es el de unos españoles y europeos ricos, privilegiados, vagos, indolentes y que no quieren hacer ningún trabajo mínimamente pesado, salvados por unas minorías étnicas y religiosas dispuestas a hacer todos los trabajos que hagan falta y a levantar la economía europea mientras los perezosos autóctonos están con los brazos cruzados.
Este ha sido el discurso racista anti-español, anti-europeo y anti-blanco de toda la prensa desde hace décadas.
Pero parece que la realidad lo desmiente. Ya no es que los españoles y los europeos se estén emprobreciendo en masa por tener que competir con los miles de millones de asiáticos ni por la competencia desleal que la mano de obra barata importada les está haciendo, sino que además, una parte cada vez mayor de su trabajo va destinado a mantener a unas «minorías» que, lejos de trabajar y de aportar nada, están viviendo de parasitar a los trabajadores españoles y europeos.
Dos casos han sido especialmente sangrantes esta semana: el de «El Canuto» en Granada y el del iraquí que asesinó a una chica alemana de 14 años.
El Canuto (nombre real Juan Heredia) tenía 30 hijos con varias mujeres. la Junta de Andalucía va a encargarse del cuidado de 11 de ellos. Según reconoce él mismo, nunca había tenido un empleo «trabajar no trabajé nunca». Entonces, ¿de qué ha vivido Juan Heredia y su clan durante todo este tiempo? de las ayudas sociales financiadas por el resto de trabajadores. Como relata la noticia:»Los Heredia no son precisamente populares en El Marchal. La localidad tiene unos 400 habitantes y y una buena parte del censo está copado por el apellido Heredia «Hace tiempo que los niños castellanos del pueblo no van a la escuela de aquí, van a los pueblos cercanos. Se juntaban en el colegio con los gitanos y había muchos problemas porque esos niños no están educados, tienen muy malas palabras…», dice un vecino.
El otro caso es más indignante aún, pues estamos hablando de un inmigrante iraquí que marchó a Alemania con su familia y, una vez allí, asesinó a una chica alemana de 14 años, para luego huir de Alemania con la ayuda de la embajada iraquí en el país.
Según relata la prensa alemana, el asesino se jactaba ante sus conocidos de Iraq que en Alemania «no hacía falta trabajar pues el Estado alemán lo pagaba absolutamente todo». Estamos hablando de un matrimonio y siete hijos iraquíes que estaban viviendo en Alemania de los impuestos de los trabajadores alemanes. Son más de 20.000 millones de euros lo que están costando todos estos falsos «refugiados» al erario alemán.
Millones de jóvenes (y no tan jóvenes) españoles y europeos se matan a trabajar y aún así viven con el agua al cuello y apenas pueden mantener uno o dos hijos, pero «el Canuto» mantiene a sus 30 hijos «sin haber trabajado» y familias numerosas de todo el mundo musulmán vienen a Europa a vivir de las ayudas sociales pagadas por el trabajador europeo ¿vamos a seguir aguantando esto? Esta sangría y este saqueo se tienen que acabar de una vez por todas.
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