España registra la tasa de natalidad más baja en 40 años
HOLOCAUSTO ESPAÑOL

A veces he pensado que nuestras medidas son tan buenas, tan eficaces; pero tan políticamente incorrectas para esta sociedad de cobardes, traidores, desidiosos e irresponsables que no merecía la pena indicarlas, porque en el hipotético caso que se aplicasen serían de manera parcial y aplicadas por algún otro partido similar al que ahora ha sido apartado del poder, con centenares de miles de votos, por no decir algún millón, que nos votarían si tuviésemos acceso a los medios de comunicación en las mismas condiciones que ellos.

Algunas medidas serían:

Aumentar las fuerzas profesionales del ejército en 100.000 miembros, exclusivamente de auténticos españoles y es muy fácil definir eso.

Ir licenciando a los militares de origen extranjero, salvo técnicos o que aporten Know How en cuestiones armamentísticas o de logística

Restablecer el servicio militar obligatorio por un periodo de 3 meses a todos aquellos jóvenes de entre 20 a 30 años, sin responsabilidades familiares, que estuviesen inscritos en las oficinas de empleo, asignándoles un sueldo digno

Si el cultivo del tocho, del ladrillo; dio combustible a la economía española durante más de una década, de una manera falsa y vulnerable; nosotros estimularíamos el cultivo de lo nacional; y qué es eso; pues fomentar la relación seria y responsable entre las parejas, aumento de la natalidad, preferencia nacional en los puestos de trabajo, restringir las importaciones exclusivamente a tecnología y productos que no se fabriquen en España, y en todo caso, fomentar su fabricación o desarrollo en nuestro territorio, establecimiento de instituciones dedicadas al cuidado de nuestros mayores, que no tuviesen que pagar en negro a acompañantes que han entrado ilegalmente en nuestro país, etc.,y un sinfín de medidas, que darían ilusión, confianza y orgullo al Pueblo español lo que se traduciría en consumo e inversión que generaría multitud de puestos de trabajo desde la iniciativa privada que se complementaría con nuestras iniciativas públicas que igualmente crearían centenares de miles de puestos de trabajo.

Aparte que unos ciudadanos que no se sienten traicionados y ven a sus gobernantes comprometidos con su Pueblo por naturaleza cumplirán más fielmente sus obligaciones fiscales, se tomarían medidas y controles para combatir el fraude fiscal; una fiscalidad que estaría al servicio del bien común, de sufragar los gastos comunes, orientada a la generación de riqueza y bienestar y no a mantener una burocracia y unos aparatos del Estado, que han devenido en mastodónticos en lo superfluo y pulgosos en lo esencial

Todas estas medidas, sencillamente se podrían asimilar a aquellas que tomaría un grupo familiar que recuperase o tomase nuevamente las riendas de su finca, que por parientes corruptos se había dejado allanar, esquilmar y depredar