Un sudafricano de origen heleno, Adam Catzavelos, estaba pasando sus vacaciones en una playa griega, cuando tuvo la idea de grabar un breve video en su teléfono en el que comentaba que no había población negra en aquella playa, usando una palabra despectiva: kafir. Mandó el video a sus amigos y uno de ellos lo puso a circular por grupos watsap. A partir de ahí, se puso en marcha toda la maquinaria soviética y orwelliana en el país. La misma maquinaria que también funciona en la UE y en Estados Unidos. Según la noticia:

Confiado en la buena recepción que obtendría, Catzavelos compartió el vídeo con varios amigos, pero uno de ellos le traicionó y filtró el vídeo en las redes sociales la semana pasada. En cuestión de segundos el hasta entonces anónimo Catzavelos se había convertido en tendencia en Sudáfrica, un país aún marcado por décadas de apartheid y siglos de discriminación racial donde el racismo y con la sensibilidad a flor de piel para cualquier forma de racismo contra los negros. Miles de compatriotas de todas las razas se escandalizaban en las redes por su comentario y hacían un llamamiento general para identificarle. Organizaciones sociales, instituciones y partidos políticos se sumaron a la indignación masiva en las redes.

En infierno de Catzavelos acababa de empezar.

A partir de ahí se sucedieron los acontecimientos. Desde el tercer partido de Sudáfrica, Combatientes por la Libertad Económica, se inició una campaña contra Catzavelos pidiendo a cualquiera que tuviera datos sobre su vida personal que los facilitara. A partir de ahí trascendía el nombre de su esposa y de la empresa para la que trabaja, la escuela a la que van sus hijos, un banco con el que colaboró y su propia familia.

Catzavelos ha sido expulsado de los negocios familiares y ha recibido amenazas de muerte que han llevado a sus padres a abandonar el país. Además, informó del cierre temporal de todas las tiendas y restaurantes de la familia por temor a ataques en represalia por el mensaje de Adam.

Recordemos, esto ocurre en un país en el que miles de blancos han sido asesinados de forma salvaje y sus mujeres violadas por hordas de delincuentes negros sin que nadie en Occidente se escandalice lo más mínimo.

Un país en el que su capital, Ciudad del Cabo, se ha convertido en una de las ciudades más violentas del mundo y en la que más violaciones se cometen.

Un país en el que la población blanca está haciendo llamamientos pidiendo ayuda internacional porque ven que van a ser «cazados» por la mayoría negra más pronto que tarde. De hecho, Rusia ya ha ofrecido asilo político a 15.000 sudafricanos blancos en vista de la persecución que sufren.

Un país en el que el Parlamento, de mayoría negra, acaba de votar que se pueda confiscar sin ningún tipo de compensación las tierras y las propiedades de la población blanca. Esta votación fue promovida muy especialmente por el partido de los Combatientes por la Libertad Económica que, a pesar de ese engañoso nombre, son radicales marxistas racistas anti-blancos que se escindieron de los ex-marxistas del Congreso Nacional Africano (el partido de Nelson Mandela) porque les parecía que se estaban moderando demasiado.

Algunos líderes de los partidos que han promovido esta confiscación de las propiedades de la población blanca han cantado públicamente el himno de los militantes negros sudafricanos «kill the boer» (mata al boer, al blanco) ¿y estos hacen campañas «contra el racismo»? A Catzavelos le han destrozado la vida por pronunciar la palabra «kafir». A estos líderes negros no les pasa nada aunque hagan abiertos llamamientos a matar blancos.

Podemos pensar que Sudáfrica está muy lejos pero no queda mucho para que un español o un europeo sufra la misma persecución que Catzavelos. Una persecución que será aplaudida y promovida por los medios de comunicación. Vemos cómo a un ciudadano le han publicado datos de su vida privada, le han amenazado de muerte, sus padres se han visto obligados a marcharse del país…todo, por lo visto, aplaudido por el repugnante medio que da la noticia, El Periódico. Unas prácticas dignas del peor Estado Soviético totalitario. O empezamos a reaccionar o pronto cualquier español se verá en la misma situación que este sudafricano.

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