Un anciano me dijo un día: “las gallinas ponen huevos y después cacarean, los políticos primero cacarean y luego ponen, si es que ponen”. Mirando el panorama político de lo que se ha dado en llamar “Occidente” en general, y el panorama en España en particular, no puedo menos que darle la razón a aquel anciano.

El problema del cacareo es que luego la gente se acostumbra y piensa que eso es hacer política. Y no, no lo es. Por poner un ejemplo. He leído hasta la saciedad a personas bien (y mal) intencionadas, llamando al gobierno ruso “sionista”. ¿Por? Pues por reunirse con delegaciones económicas y gubernamentales de Israel. A diferencia de los gobiernos occidentales, el gobierno ruso no cacarea. Juega al ajedrez. En ese magnífico (y difícil) juego, se necesitan pautas básicas. Inteligencia, audacia y discreción. Una característica fundamental del gobierno ruso, es la discreción. Cuando vemos a los políticos españoles viviendo a golpe de titular de periódico, podemos olvidar que eso no es lo correcto, que es un vicio de gente mediocre e incapaz.

Hoy por hoy, se presentan jugadas interesantes. Hace un tiempo, hubo un gran movimiento diplomático entre Rusia e Israel. Visitas de delegaciones compuestas por políticos y empresarios, contactos a alto nivel, consultas, reuniones… Siempre discretamente, no secretas por supuesto pero sin grandes y estridentes declaraciones o titulares.

En el año 2010 Israel descubre grandes yacimientos gasísticos en sus aguas territoriales. Al estar en el mar, la explotación es complicada y costosa, así que se va poco a poco y no se puede explotar todo el potencial del yacimiento de gas fácilmente. Los analistas políticos de Israel (y afines) lanzan las campanas al vuelo, felicitándose de la independencia energética israelí, y de todo el gas que podrían exportar a Europa Occidental, socavando así la economía rusa y su influencia en el Medio Oriente, mientras se refuerza el poder político y la influencia de Israel en el mundo. Comienza la partida…
Rusia propone hacer una gran inversión para cooperar en la explotación y el desarrollo de un gasoducto y a la vez ofrece protección, porque por la situación del yacimiento (fronteriza con el Líbano, que también reivindicó parte del mismo como propio) podría ser vulnerable a ataques o atentados. Israel se lo piensa, no le gusta la idea, tiene grandes inversores norteamericanos que han realizado prospecciones y trabajos en la zona a cambio de llevarse el gran pastel. Israel siempre ha soñado con una independencia energética definitiva, y el yacimiento llamado “Leviatán” (también están Tamar, Tanin y Mari-B, colindantes pero más pequeños) es enorme. Rusia lanza la oferta, Israel no contesta mientras se dedica a su política interna y a sus pequeñas batallas entre ministros. Al mismo tiempo, hay geólogos israelíes haciendo prospecciones en los Altos del Golán, que como sabemos todos, es territorio sirio ocupado por Israel.

Mientras todo esto sucede, el gobierno ruso concentra tropas en su base naval de Tartus, en Siria (que empezó a recibir importantes inversiones desde principios de este año). El 21 de septiembre de este año Netanyahu y Putin acuerdan en Moscú un pacto de “no agresión”. (Según el primer ministro de Israel es un “mecanismo para evitar malentendidos”). El día 30 de septiembre la Cámara Alta del Parlamento de Rusia aprueba la intervención militar en Siria (fuerzas aéreas exclusivamente), solicitada por el presidente sirio, Bashar al Assad. A los pocos días se hace oficial el anuncio de que se ha encontrado petróleo en los Altos del Golán. Un día antes del anuncio en la prensa israelí, Rusia hace un movimiento estratégico desde el Mar Caspio que cambia radicalmente la correlación de fuerzas en la zona.

Todos sabemos que ha sucedido. Rusia bombardea a los terroristas, y en una demostración de poderío tecnológico, el día 7 de Octubre lanza misiles Kalibr desde el Mar Caspio hasta objetivos del Daesh en territorio sirio. Atravesando territorio de Irán e Irak, los rusos demuestran varias cosas. Que tienen una tecnología militar puntera en el mundo, que la OTAN se equivocó y subestimó gravemente el poder militar ruso, que Irán es un aliado de Moscú, que Irak cada vez se inclina más hacia la cooperación con el gobierno ruso y firma acuerdos de seguridad con Rusia, Irán y Siria, lo cual lo distancia de EEUU… y que Israel simplemente no puede defenderse de Rusia, y que no le conviene cooperar con los adversarios de Moscú. Así la oferta rusa vuelve a estar sobre la mesa.

La estrategia rusa pilla desprevenidos a todos. Al inicio de la ofensiva rusa, EEUU empieza a hacer declaraciones altisonantes y contradictorias, que fueron disminuyendo en frecuencia e intensidad después de lanzamiento de los misiles.

En lo que a Israel respecta, en estos momentos su capacidad de tomar decisiones ha quedado seriamente dañada.

La estrategia original israelí pasaba por el derrocamiento del presidente sirio y la destrucción de su país. Eso ya no es posible y Tel Aviv ahora dice que “después de todo”, sería mejor que Al Assad se quedase en el poder. Los ataques de Israel contra Hezbollah quedan gravemente comprometidos, por la presencia militar rusa en Siria y su alianza con Irán (chiítas como Hezbollah), que hace en la práctica muy complicada la posición de Israel. La política exterior israelí ha quedado condicionada a no molestar a Rusia ni a sus aliados o socios, sean del agrado de Tel Aviv o no. Y en cuanto a la política económica, ahora simplemente no pueden explotar sin más el petróleo de los Altos del Golán, que es un yacimiento enorme (se habla de “cantidades significativas”) que puede garantizar, junto con el gas de Leviatán, tanto la importancia política a nivel mundial como el desarrollo futuro de Israel. Siria sigue reivindicando los Altos del Golán, y por lo tanto el petróleo que contiene. Con Rusia como valedora, Al Assad podría reclamar para Siria una parte importante de las riquezas de la zona. Israel tendrá que considerar invitar a los rusos a explotar el yacimiento de gas y el de petróleo y además solicitarle protección, pues ambos están en zonas conflictivas y son los rusos los que controlan a los adversarios de Israel. Es difícil que una empresa norteamericana asuma el riesgo de invertir miles de millones en la zona, sin acatar las reglas del juego que ha impuesto Moscú, pues los rusos son los únicos que se interponen entre esos yacimientos y el caos circundante.

Así que ahora los rusos están en posición de endurecer sus condiciones si quieren. En cualquier caso tienen el control de la situación, la fuerza militar más importante en el Mediterráneo, el apoyo de países estratégicos y Tel Aviv no está en condiciones de desarrollar ninguna política exterior propia si ésta va en contra de los intereses geopolíticos rusos.

Jaque mate.