Sorprende que a estas alturas todavía haya gente que se deje engañar por el señor Felipe VI, aunque viendo en redes sociales la reacción de buena parte del sector patriótico a su discurso de Nochebuena parece que por fin la gente empieza a despertar.

Fue un discurso de marcado carácter globalista, sin ninguna referencia al carácter cristiano de las fechas que vivimos. La puesta en escena destacó por la presencia de una siniestra foto de sus hijas acompañadas de otros jóvenes, todos con el bozal puesto ¿pero quién tiene una foto así en salón? nadie, claramente era un mensaje subliminal para empujar a la gente a ponerse la mascarilla.

Aparte de eso, referencias al cambio climático, a la igualdad de género, a la necesidad de buscar soluciones globales a los problemas de hoy en día, a la “pandemia”, al «europeismo»….y alabanzas a la política económica del Gobierno, que consiste básicamente en endeudarnos hasta el infinito. Y apenas referencias a los problemas reales a los que se enfrenta la población española y a quién está detrás de los mismos.

Aún habrá gente que se dejará engañar, que dirá que “le escriben los discursos y él no puede hacer otra cosa”, que “es el mal menor frente a los comunistas” y demás tonterías de aquellos que se niegan a reconocer que han sido engañados con esta monarquía borbónica corrupta y traidora. Son los medios de comunicación derechistas (ABC, COPE, OK Diario, Libertad Digital, Distrito TV…) los que están manteniendo la película ficción de un Felipe VI liderando la resistencia nacional frente a Sánchez y sus socios comunistas y separatistas que quieren romper España. Hasta los chiflados de Qanon decían que Felipe VI y su padre estaban en contacto con el entorno de Trump para liderar no se sabe qué.

La realidad es que Felipe VI y Pedro Sánchez están en el mismo bando. El bando globalista, el bando que quiere imponer una monarquía federal en España para disolvernos en la UE y en el Nuevo Orden Mundial. Y Felipe VI acepta el plan igual que su padre lo aceptó hace más de 40 años. Dicen que la monarquía borbónica no tiene funciones pero no es cierto. Tiene una función fundamental e importantísima: lograr que la gente de tendencia más derechista y patriota en España acepte la desaparición de su país y de su soberanía sin protestar. Les crean un falso mesías al que seguir para que, en el momento oportuno, ese mesías les traicione sin que ellos se den cuenta. Juan Carlos I jugó ese papel en la primera Transición y a Felipe VI le toca hacer lo mismo en la segunda. Vende al país a cambio del trono. Y nadie le obliga a hacerlo. Se presta encantado, igual que se prestó encantado para rendir sumisión a la monarquía británica ingresando en la Orden de la Jarretera o metiendo a su hija en un colegio progre, multicultural y LGTB.

Esta monarquía es traidora a los auténticos intereses de España y por lo tanto lo mejor que puede hacer es desaparecer.

felipe

jarre

Prestando sumisión a la monarquía británica