Algunos lectores recordarán el caso del multimillonario y traficante sexual de menores Jeffrey Epstein. Una fortuna de oscuros orígenes, relaciones con lo más alto de las élites americanas, colaboración con militares y servicios de inteligencia de Israel. También un gusto por las chicas muy jóvenes y casi niñas, para sí mismo y también para otros con dinero y poder. Las primeras acusaciones de delitos sexuales en 2005 por las que fue condenado, pero de manera extremadamente benévola. Llevaba con su compañera Ghislaine Maxwell (hace poco detenida y todavía viva, no sabemos por cuánto) una red de prostitución de menores, parece que grabando los encuentros con personas de alto nivel.

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