Desde el principio apoyamos a Donald Trump aunque, eso sí, con muchas reservas. Parecía que realmente algo podía cambiar en Estados Unidos y ver a liberales, a antifascistas y a la prensa sionista norteamericana atacarle sin piedad parecía la mejor prueba de que era así. Había indicios preocupantes, como su sumisión total a los intereses de Israel, las simpatías que le tenían los líderes israelíes y sus nombramientos en materia económica, donde se rodeó de capos de lo peor de Wall Street, de Goldman Sachs y de la Banca Rothschild.

Pero en principio le dimos una oportunidad, sobre todo al ver sus continuas declaraciones sobre llegar de inmediato a acuerdos con Rusia para acabar de manera definitiva con el Estado Islámico y el terrorismo islámico. Pero a medida que pasaban las semanas y los meses el optimismo iba decayendo pues todo indicaba que Trump iba a ser más de lo mismo y que, lejos de actuar contra el terrorismo islámico y sus patrocinadores saudíes y sionistas, iba a seguir la misma estela de sus antecesores.

En los últimos días nuestros peores temores se estaban viendo confirmados. Ya fue llamativo su cese de su Consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, un pro-ruso convencido, pero es que las cosas han ido a peor y sus iniciales llamamientos aislacionistas parece que se han convertido en lo contrario y en lo de siempre: un belicismo agresivo en beneficio de Israel.

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Trump junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu

Empezó su embajadora en la ONU, Nikky Haley, amenazando con represalias prácticamente contra cualquier país del planeta que fuera contra los intereses de Israel. Un comportamiento inaudito en cualquier país soberano ¿a qué viene enemistarse con todo el mundo para proteger a una potencia extranjera? además, con el agravante de que esa potencia extranjera, Israel, tiene un largo historial de ataques contra los intereses de Estados Unidos, como la muerte de 34 americanos durante el bombardeo del USS Liberty, y la que ha diseñado todas estas guerras en Oriente Medio contra Iraq, Siria e Irán pero, eso sí, usando carne de cañón americana, no israelí ¿no tuvo suficiente el señor Trump con los miles de soldados americanos muertos durante la absurda guerra de Iraq?

Pero ahí no acabó la cosa, Donald Trump destituyó a Steve Bannon, enfrentado al yerno de Trump (un sionista convencido) y uno de los mejores ideólogos de su equipo, acusado de “racista”, de “antisemita” y de querer frenar la inmigración islámica hacia Estados Unidos. Además, Trump continuó con sus absurdos ataques contra Irán, un país que no le ha hecho absolutamente nada a Estados Unidos y con sus provocaciones a Rusia. Y, finalmente, Trump ha reaccionado de la peor manera ante el supuesto ataque químico de Assad. Un ataque químico sin pies ni cabeza, pues Assad tenía la guerra prácticamente ganada y dicho ataque sólo podía servir para darle un pretexto a sus enemigos para contraatacar y reiniciar de nuevo otra guerra mundial contra Siria. Todo indica que estamos ante otra falsa bandera y que los indicios apuntan a lo contrario, a que eran los terroristas islámicos los que estaban en posesión de las armas químicas. Pero a Trump le tuvo sin cuidado, sin recabar más información y sin esperar a ninguna investigación independiente ha iniciado un ataque de consecuencias imprevisibles, para el mundo y en especial para España, pues las bombas salieron de destructores americanos situados en la base de Rota en España, lo que nos convierte en objetivo preferente de las más que probables represalias rusas.

Todo indica que Trump ha cedido a las presiones del todopoderoso lobby sionista de Estados Unidos, que venía atacándole sin piedad desde su elección. Ese lobby que, a través de su control de los medios de comunicación y del sistema financiero, tiene totalmente comprada a la clase política norteamericana. Una senadora demócrata de origen judío ya había amenazado con la pronta destitución de Trump, que ha cedido a estos chantajes y se ha convertido, como todos sus antecesores, en un títere de Israel y del sionismo. ¿acaso no murieron niños y bebés en el bombardeo americano a Mosul que mató a 200 personas hace unos días, señor Trump?¿no murieron niños y bebés en el bombardeo a Gaza por parte de Israel de hace unos años en el que murieron dos mil personas?¿así es como quiere acabar con el ISIS?¿atacando al régimen sirio, el mayor enemigo del ISIS que hay en este momento en el mundo? pero claro, también es enemigo de Israel, por lo que hay que acabar con él. Ridículas las declaraciones de Trump diciendo que el ataque ha sido “para garantizar la seguridad de los ciudadanos de Estados Unidos” y que “Assad es una amenaza para América” ¿qué amenaza supone Assad para “la seguridad de Estados Unidos”? absolutamente ninguna. Es absurdo, Otra cosa es que suponga una amenaza para Israel, que es desde donde recibe las órdenes Trump, y por eso ha iniciado esta escalada bélica que nos puede llevar a la Tercera Guerra Mundial.

Miguel Blasco, director de AQUI LA VOZ DE EUROPA. Más información sobre este tema en el próximo programa

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