Enrique López

Enrique López

No me extraña viniendo de ella, mujer metida a juez, dedicada a la aplicación, parcial y sectaria de la Justicia durante largos años, con la complicidad del “Sistema”.

Ayer le toco defender lo indefendible, justificar lo injustificable. Mas lo hizo con su descarado estilo.

“Su” portavoz, o mejor, “portacoz”, la Rita Mestre, está procesada por el delito de “ofensa a los sentimientos religiosos”. La tal Rita fue una de las “alegres” chicas que, hace cuatro años, profanaron la Capilla Universitaria de la Universidad Complutense, irrumpiendo con gritos e insultos, durante la celebración de la Santa Misa. Para mayor escarnio las “machorras” se desnudaron de cintura para arriba.

Toda esta agresión a la confesión católica, al sacerdote oficiante y a los fieles presentes es, para la “alcaldesa roja”, “licito uso de la libertad de expresión”, al estar enmarcado en “una reivindicación feminista”.

Escandalosas justificaciones para cualquiera, pero peor aun cuando quien las dice es alguien que debería conocer el Derecho y aplicarlo, en consecuencia, no argumentos ridículos y vacios.

¿Qué diría la “abuela roja” si el templo asaltado hubiese sido una mezquita o una sinagoga? ¿Qué berrearía la deleznable Carmena si los ofendidos en sus sentimientos hubiesen sido islamistas, judíos o budistas? ¿Qué pena de prisión exigiría para los autores de estos hipotéticos atropellos? ¿Cuántos insultos derramaría sobre ellos?.

Si es por la libertad de expresión y feminismo que protesten contra las tiranías islámicas, contra la “religión” más atrasada del mundo, que esclaviza a las mujeres, tortura a los niños y encarcela, cuando no ejecuta, a los maricones.

Que entren gritando en una mezquita y le enseñen las tetas al imam de turno. A ver como salen luego de allí. Si es que salen vivas, claro esta.Y, lo mas importante, como serían descalificadas, como sería condenada su “acción reivindicativa”. Habría que oir a los “Podemitas” condenado la “provocación” y a los “sociolistos” hablando de “ataque fascista”. Condenas igual de contundentes dictarían los “peperos” y los “nuevos curas” ahítos de Francisquina y de Copedina.

Seguro que a una mujer con estos antecedentes no la admitiría la “Carmona Rojona” ni para fregar colegios en algunas de sus “cooperativas de limpieza”. Ni, menos aun la defendería. Pero, siempre hay un pero,

Cuando se trata de denostar, insultar, atacar y menospreciar a los católicos “todo vale”. Hasta el cruel grito de “arderéis como en el treinta y seis”.

Estos bastardos olvidan que también hubo un treinta y nueve. Arrieros somos y en el camino, Carmena, Maestre, podemitas varios nos encontraremos…