Rescatar Caja Madrid y compañía, el engendro resultante llamado «Bankia», nos ha costado, a TODOS los españoles, la friolera de 23.000 millones de euros.
El desastre iniciado por el insigne compañero de pupitre de Aznarin y rematado, fraudulenta salida a Bolsa incluido, por el no menos amigo aznaresco. Blesa y Rato, dos elementos de cuidado, que hoy, tras el saqueo y muerte de la centenaria Caja, disfrutan de su mala gestión desde la comodidad y seguridad que dan las fortunas por ambos acumuladas.
Ahora que estalló el último escándalo, por un momento, algunos vislumbraron, !!Bendita ingenuidad!!, el fin de la impunidad de todos estos delincuentes de cuello blanco y tarjeta negra. Que poco dura la alegría en la casa del pobre…menos aun en la del estafado y arruinado.
Mas pronto, con una rapidez digna de mejor causa, saltaron las alarmas que protegen el «sistema» cleptocrático y corrupto en que vivimos.
Jueces acomodaticios, fiscales serviles a las ordenes del Sistema, una Inspección de Hacienda sumisa a los deseos «superiores» salio al «rescate», uno nuevo, de los «cajeros corruptos»: que si han prescrito los «presuntos»- los poderosos siempre lo son- delitos, que no superan los 120.000 euros que marca el «límite» del delito fiscal, que es muy difícil encajar estas conductas en el Código Penal.
!!Que cosas!! La española, en paro, que se encontró una tarjeta de crédito y gasto menos de 200 euros, en comprar comida y pañales, le «clavaron» año y medio de cárcel. En cambio estos «privilegiados»- que siempre han llevado una vida regalada- se pueden gastar, con total impunidad, en puros, masajes con final feliz, bragas y sujetadores o en comilonas, lo que esa pobre desgraciada de los pañales, no ganara en años trabajando como una burra.
A la una se la «encuentra» el «tipo legal» acorde con su delito. Por contra a este atajo de sinvergüenzas no hay modo de acomodar su apropiación, su derroche, su despilfarro de una entidad ya tocada del ala, en algún artículo del Código Penal , o, visto lo visto, habría que hablar de «Venal».
A Pepe Martínez García, nombre supuesto, le crujen por no declarar 100 euros. A Spottorno, Iranzo, Blesa y otros cuantos más les debía mirar, si es que se las controlaban, un inspector burriciego. ¿A cuantos mas «poderosos» les habrá tocado un inspector «invidente»?
Luego que vengan con el «rollito chino» de «hacienda somos todos» y «la Justicia es igual para todos».
Tranquilos «colegas». Aquí vienen los «rescatadores»- los de toga y los otros-. Ayer fue con la prole de «PUFOL». Hoy va por Spottorno,Iranzo, Pongito, Rato y Blesa.
La casta al rescate de la castuza. Y la nave va… a la deriva.
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