La situación militar de España es la peor en toda la historia de nuestra gran Nación. Lejos quedan las épocas en las que fuimos la mayor potencia militar del planeta. Ahora sólo quedan las migajas de lo que una vez fuimos. Ya no somos una potencia imperialista, por lo que ya no necesitamos un enorme ejército, pero sí necesitamos un ejército que garantice nuestra seguridad y disuada a los potenciales enemigos. De hecho, en teoría estamos en estado de guerra, aunque no contra un país, sino contra los yihadistas, tanto de Al Qaeda como del DAESH. Los dos grupos han atentado en España y han amenazado con ocupar nuestro país e islamizarlo mediante las armas. No estamos preparados ni para defendernos de una agresión de otro país, ni para poder defendernos de estos grupos yihadistas. El segundo caso es comprensible, ya que estos grupos se esconden en muchos países y se camuflan entre la población civil, pero en el primer caso sí que la culpa es de los gobiernos españoles. Ellos han destruido nuestra capacidad disuasiva, poniendo en peligro a toda la nación.

Estamos en la OTAN y eso, por ahora, no tiene otra opción. Esta, ahora nos va a obligar a aumentar el gasto en defensa hasta el 2% de PIB, osea, dedicar un gasto de 23.260 millones de euros en defensa para antes del 2024, que es el año exigido por Trump para cumplir esa condición, que en verdad siempre estuvo en las condiciones de la OTAN. El gobierno español se ha comprometido a gastar 18.000 millones para esa fecha, menos del 2%, pero supone un aumento muy importante sobre el gasto actual, de unos 9.000 millones, un aumento del 100% en 6 años. Ese aumento no tiene remedio. Es una obligación impuesta, gobierne uno u otro. Pero este aumento presupuestario abre la posibilidad de que, si se gestiona bien, sea la oportunidad para recuperar esa disuasión que deberíamos mantener. Seguramente las empresas ya están frotándose las manos por este inmenso aumento del gasto, y como siempre los políticos harán no lo mejor para España, sino lo mejor para ellos. En la lista seguro que tienen en mente nuevos aviones de guerra, cuyo coste parte de los 70 millones € si son Eurofighter, pero sobrepasan los 130 millones € si son los F35. Puede que nuevas fragatas con sistemas Aegis pagadas a precio de su peso en oro, 1.000 millones € por unidad, pero que no tienen misiles como armamento ofensivo. Recuerdo el caso de cuando EEUU pidió a España la escolta de una de nuestras fragatas, pero la fragata carecía de misiles defensivos, por lo que España tuvo que pagar unos cuantos millones por el alquiler de esos misiles para defender la flota de EEUU. La verdad, suena a risa. Así que ya vemos que con unas minúsculas compras, se irá muy rápido todo ese dinero que tanto cuesta ganar. Yo tengo otra propuesta para crear una verdadera Defensa Nacional. Propongo invertir una parte de ese dinero en:

1) aumentar el número de efectivos hasta los 400.000 militares, casi el 1% de la población. Sería un aumento considerable desde los poco más 120.000 actuales. Eso supondría un gasto sólo en salarios de unos 5.000 millones de euros, y a eso habría que sumarle algo más en gastos del mantenimiento de ese personal. Aun así, quedarían unos 2.000 millones de euros para invertir en otros temas. ¿Por qué aumentar los efectivos? Simplemente, gastar en defensa generalmente es gastar en algo improductivo, ya que por suerte no se suelen usar. Pero claro, está el dicho «mejor tenerlo y no necesitarlo, que no tenerlo y necesitarlo». Improductivo porque los militares no producen riqueza para el país. Pero gastar en efectivos, supone dar trabajo a 280.000 ciudadanos españoles más, los cuales gastarán todo ese dinero en la economía, con lo que parte de esa inversión es recuperada por el estado a través de los impuestos (en torno al 20% de la inversión en salarios es recuperado por el estado a través de los impuestos), y además se reduce el coste en ayudas a los ciudadanos desocupados. Los españoles gastan si tienen trabajo, con lo que la economía se beneficia de ello, y por tanto la nación. Además, reducir el paro en esa cantidad de un plumazo, algo que ningún gobierno ha conseguido. Ese es el factor económico. También está el factor militar: las guerras se ganan en tierra, así que un ejército numeroso es imprescindible para ganar en un conflicto. Ninguna guerra se ha ganado con tecnología, es verdad que da ventaja, pero en sí mismo la tecnologia no la gana, pues al final, el factor humano y numérico es determinante. Los gastos en material como antes he mencionado son inmensos debido a que el material cada vez es más caro. A más tecnología, los costes se van disparando. A este ritmo, dentro de unas décadas, países como España sólo podrán permitirse tener una escuadrilla de aviones debido a sus altos costes de compra, pero también de mantenimiento. El F35 no sólo vale el salario de 10.000 soldados, sino que cada hora de vuelo suponen unos 35.000 dólares en gastos de mantenimiento, osea, el sueldo de dos soldados por año. Vamos, que las cifras son mareantes. Invertir en el factor humano es lo mejor para la nación. Gastar en material no devuelve nada al estado en forma de impuestos, además que supone un gasto cada vez mayor en el mantenimiento del material. No sólo ese gasto es improductivo, sino que genera costes posteriores.

2) crear una industria militar nacional. Fue un error la venta de Santa Bárbara a empresas privadas, dejando en manos de empresas privadas no sólo la producción de los suministros militares, sino el desarrollo tecnológico. Imponen los precios que quieren y actúan como un oligopolio, que erosiona los gastos militares y por tanto la defensa de las naciones. Ahora vivimos en paz, pero en caso de guerra España no podría pagar los suministros para un conflicto si depende de las empresas privadas y su imposición de precios. De ahí que las guerras son un gran negocio, obligando a los países a endeudarse para pagar lo que se les pida. En el pasado, en las grandes guerras los gobiernos patrióticos tenían su propia industria militar aparte de la industria privada. La industria militar pública debe cubrir las necesidades básicas de los ejércitos en tiempo de paz, y acumular provisiones para un hipotético conflicto, pero también puede dedicarse a competir con las empresa privadas en la venta de armas. Tenemos ejemplos de cómo la cesión a las empresas privadas del desarrollo de armas se ha vuelto insostenible. El coste de los programas de armas en EEUU ha obligado numerosos veces a cancelar los proyectos después de dispararse los presupuestos. De hecho, ningún proyecto ha cumplido con los presupuestos iniciales. Siempre se han disparado, y eso es porque la empresa privada está para llenarse los bolsillos. No son patriotas, sólo miran por los beneficios. Con la defensa de un país no se juega, y no puede dejar toda la industria en sus manos. Otro ejemplo fue el desarrollo del Cetme, autóctono español. Se le criticaba mucho porque no era perfecto, y se decidió reemplazarlo por un fusil alemán. Eso sí que es «patriotismo español», cerrar nuestra industria para dar trabajo a la industria extranjera. Además- ahora se ha demostrado que este fusil no es tan perfecto como se decía, perdiendo efectividad con altas temperaturas. Y ahora se habla de volver a sustituirlo. Para eso nos deberíamos haber quedado con el Cetme. Tenemos también el caso de la construccion de buques por parte de Navantia. Sus costes son incluso superiores a buques de empresas privadas, pero estoy seguro de que es debido a una mala gestión. Lo de los submarinos, bueno, de eso ya mejor ni hablar. Al gobierno no le interesa hacer una auditoría porque seguramente encontraría la corrupción y mala gestión en el desarrollo de ellos. En estos casos de material muy avanzado, cuyos costes no es posible asumir en solitario, es mejor un desarrollo en conjunto con otros países o la compra de licencias de producción. Con los costes de producción de los buques y submarinos, hubiera salido más rentable económicamente adquirir las licencias de fabricación de buques y submarinos en otros países y luego fabricarlo en España, dando trabajo a la industria nacional. Aunque sigo pensando que todo es debido a la mala gestión de Navantia. Los astilleros son parte de la industria estratégica de un país peninsular como es España, rodeada de mar casi en su totalidad.

3) como tercera propuesta, será la creación de bases militares fuera de las ciudades, evitando que sean consideradas objetivos militares en caso de conflicto. El cierre de las bases en las ciudades y la construcción de nuevas instalaciones donde proporcionar vivienda a las tropas como actualmente se hace con la Guardia Civil, se financiará con la venta de los terrenos de esas bases dentro de las ciudades. Liberando terrenos en las ciudades para construir nuevas viviendas, ante el aumento actual del mercado.

4) tener un gran ejército en tiempo de paz en realidad es un desperdicio de recursos, pero como antes dije, algo necesario para disuadir a los posibles enemigos. ¿Por qué no usar al ejército para que sea productivo? En la época romana era vital mantener ejércitos profesionales, de ahí su gran poder. Pero en los tiempos de paz esos ejércitos eran los que se encargaban de la construcción de infraestructura. Es posible que los acueductos y los caminos no fueran hechos por profesionales de la construcción, sino por las propias legiones romanas. Actualmente se usa al ejército en catástrofes naturales, terremotos, incendios etc… Así que propongo usar una parte del ejército para la construcción no sólo de infraestructura militar, sino también civil. Para ello, se realizará una rotación para que las tropas puedan mantener su instrucción, su descanso y su cooperación al desarrollo del país. La construcción de infraestructura militar por los propios soldados reduce el gasto militar, al ahorrarse los costos de mano de obra. Si es infraestructura civil, se consiguen ingresos para el Ministerio de defensa, ya que el ejército actuaría como contratista privado. Así, se compensa parte de este gasto en personal militar.

5) en cuanto a la adquisición de nuevo material militar, la prioridad es la adquisición de licencias de fabricación de armamento defensivos. Fabricar y dar trabajo en España, y no depender del exterior para estos asuntos. Primero es garantizar la defensa de país. En una segunda parte, es cuando se debe adquirir armamento ofensivo. La maxima militar dice que el que ataca golpea dos veces, y es cierto. Nadie gana una guerra defendiendo, así que en caso de conflicto no debemos quedarnos a la defensiva, sino acabar con la guerra impuesta en el menor tiempo posible. Los países de la OTAN tienen una infraestructura militar muy extraña, ya que los países apenas tienen infraestructura defensivas. Eso es debido a que la OTAN nunca se creó con esa idea defensiva. La mejor defensa es un buen ataque. Potenciar esa infraestructura defensiva debería ser una prioridad, demostrando que nuestra nación ha abandonado sus políticas agresivas de otros tiempos. Una defensa aérea y de costa es una prioridad en este apartado. Para ello la mejor opción es la compra de licencias de fabricación debido al excesivo tiempo en desarrollo que se necesitaría.

6) el cierre de las bases de los países extranjeros en nuestro país. Otra cosa es la cooperación con nuestros aliados. Para eso estarán disponibles nuestras bases, para su uso de acuerdo con nuestras obligaciones en la OTAN. No significará la expulsión de las fuerzas extranjera, solo que las bases pasarán a ser de gestión española, donde podremos controlar lo que se hace en ellas. Muy importante es que no se despliegue armamento nuclear en nuestro territorio, aparte de que está prohibido por el Tratado de No Profileracion Nuclear, del que somos firmantes. Eso nos pondría como objetivo prioritario en caso de un conflicto nuclear. También controlar que no se use nuestro territorio para agredir a otros países, fuera de nuestras obligaciones defensivas en la OTAN. No seremos cómplices de más guerras imperialistas o colonialistas.

7) la OTAN y la UE. La permanencia en la OTAN es un mal menor por varios motivos. Nadie que ha entrado en esta organización ha salido, y eso es debido sobre todo a las presiones políticas que reciben los gobiernos europeos. La permanencia en la OTAN supone una cesión de nuestra soberanía, aparte de que se han usado nuestros recursos para realizar agresiones contra países que no habían agredido a ningún miembro, y en las que hemos participado siendo cómplices de ellas, por acción o por omisión. En teoría la OTAN se creó para defender a los países occidentales de la amenaza que suponía el bloque comunista. Sin embargo, éste bloque desapareció y la OTAN ha seguido en funcionamiento. Así que la razón de existir de la OTAN, ya desapareció. Pero las presiones políticas evitan que cualquier país salga de ella. Tambien ha tenido sus consecuencias positivas, y es que no ha vuelto a haber guerras entre los miembros de la organización. Sin embargo, una salida seguramente desencadenada una serie de represalias por parte de los miembros, para dañar a nuestro país y que la población piense que este abandono no ha sido buena idea. Y esto podría suponer la activación de la amenaza marroquí en el Sur. Marruecos es posiblemente nuestro potencial enemigo en un conflicto, ya que es muy dudoso algún conflicto con países europeos u otros alejados de nuestras fronteras. El potencial militar de Marruecos crece muy rápido, sin embargo el nuestro no ha hecho más que decrecer. Cada vez disponemos de menos aviones de combate, menos buques y menos tropas. Así que algún día será una gran amenaza para nosotros. Actualmente la ventaja marroquí es cuantitativa, y la nuestra cualitativa, aparte de supuestamente contar con el apoyo de la OTAN. ¿Dónde estaba la OTAN en el conflicto de Perejil? La permanencia en la OTAN disuadirá a Marruecos de realizar actos hostiles, aunque no es descartable el apoyo a yihadistas que se infiltren en nuestro país, así como ha pasado en Siria.Por lo tanto la permanencia en la OTAN, por ahora, es la opción menos mala. En cuanto a una organización militar basada en la UE, en la realidad sería incluso peor ya que nunca sustituiría a la OTAN, y dos organizaciones significaría una doble cesión de nuestra soberanía. ¿acaso alguien piensa que Alemania, que sería la líder militar, miraría por todos los países en conjunto? Pues no, actuaría como lo ha hecho dentro de la UE, con egoísmo.

Con estas reformas, conseguiremos potenciar nuestra economía, aumentando el empleo a través del aumento de personal de nuestras fuerzas armadas, más el personal para la industria de defensa. Siempre sería mejor invertir ese dinero en gasto social o en la industria para desarrollar más el país, pero la historia es para recordarnos que una buena defensa es vital para mantener a salvo los logros conseguidos por nuestro país. De nada te vale ser un país rico y desarrollado si quedas a merced de la fuerza de otros países que puedan imponerse y arrebatarte esa riqueza y desarrollo. Se trata de ser coherentes con la realidad, ni dementes militaristas, ni ilusos pacifistas.

*Tristán, militante de DN

 

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