En estos momentos inciertos en que nos ha tocado vivir,  nos hallamos inmersos en un individualismo atroz y en un consumismo exacerbado. La paulatina pérdida de la  idea de grupo o sentimiento de comunidad en el hombre europeo, derivará, sin duda,  en una tragedia para la humanidad.

Se necesita una  ruptura, nuevos ideales que abran el camino hacia la verdadera realidad, que es a la única que tenemos que aceptar.

Es éste un  tiempo tan insólito  que,  sobrando de todo para todos, millones de personas viven penosamente, y todo ello producto de diabólicos grupos de poder.

Se necesita un cambio de mentalidad, un nuevo orden que se imponga al desorden y que no cree más desorden que el Nuevo Orden.

Nunca jamás en la historia,  existió un periodo  tan maquiavélicamente conspirador, de tamaña degeneración humana, a todos los niveles: físicos, morales y sociales, todo ello envuelto  bajo una apariencia de modernidad.

Un tiempo en el que se conquista sin necesidad, o en el que se crea para destruir. En el que todo aquel que diga la verdad será perseguido y tratado como loco.

Un tiempo en el que todos obedezcan a unos cuantos que no se sabe  quiénes son, pero desde luego, siguen criterios opuestos  a la naturaleza humana.

Creando e imponiendo leyes contra natura, para servir a  los fines más perversos que el hombre jamás haya imaginado: un  hombre al servicio de la naturaleza y no una naturaleza al servicio de hombre,  un  hombre al servicio de los animales y no los animales al servicio del hombre, y así con un largo etcétera… Ideas que, sibilinamente, son impuestas a una despistada sociedad. Un hombre que juega a ser Dios.

Se necesitan hombres románticos que derrochen amor por donde vayan, que simbolicen virtudes como el valor, la honestidad, la humildad, la pasión…; admiradores de la belleza, el arte, la música, el equilibrio,…frente a una sociedad insensible que se duerme en un sofá.

El resurgir de la idea de nación, como un conjunto de pueblos y familias, dentro de un orden natural  y altruista. Todos  unidos bajo el  sentimiento de grupo, indispensable para la supervivencia  toda sociedad.

El hombre actual tiene que reorganizarse y marcar un nuevo rumbo ante este desafiante cambio de era hacia el cual nos precipitamos. Ante tal incertidumbre y dudas, debemos recurrir a la tradición y al sabio legado de nuestros mayores que nos orientará a cada paso, sobre las múltiples y desconcertantes situaciones

Debemos escuchar a los que más nos quieren porque mejores consejos nos darán.

Debemos de aprender a no ser presas de atroces campañas  de propaganda, programadas con un objetivo servil a sus creadores.

Por todo ello, se necesitan hombres románticos que sepan ver con el alma y hablar con el corazón, que  transmitan sentimientos  y desborden pasión por donde quiera que vayan.

Se buscan hombres románticos que sepan amar y respetar a la mujer, que la cuiden y que la quieran y la protejan al más puro estilo caballeresco. Todo esto que se está perdiendo en la actualidad.  Una sociedad en  la que el hombre brille por su  galantería,  la amabilidad, la educación, el cortejo  y el cariño que toda mujer necesita, porque así lo ha dispuesto la  Creación.

La mujer, protectora de su familia y amante de  su casa y de su hogar. La mujer, pilar indispensable en toda sociedad digna y con perspectivas de futuro. La mujer, infatigable luchadora por la familia y por todo el  entorno.

Se buscan románticos capaces de frenar a corruptores y corrompidos y sus secuaces, dentro de las incautas sociedades.

Se buscan Quijotes, capaces de luchar contra gigantes en forma de molinos de viento.

¡Qué no les detengan ni  los  vientos, ni  los molinos, en su camino a la verdad!

Gigantes, que por distantes, no se percatan de la magnitud de los vientos que engendran hasta la llegada a sus enemigos.

¡QUÉ VIVAN LOS ROMÁNTICOS, LOS APASINADOS Y LOS CABALLEROS ANDANTES!

¡QUÉ VIVA LA ESENCIA DE ESPAÑA, POR SIEMPRE JAMÁS!

 

 

¡FELICES FIESTAS A TODOS! Y QUE NUESTRA SEÑORA EXTIENDA SU MANTO PARA PROTEGER A TODA LA CRISTIANDAD.

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