Las consecuencias las vemos hoy: una parte enorme de la población odiando su propio país, su propia historia, su propia religión, una parte muy importante de la población (en especial jóvenes) dominados por todo tipo de anti-valores. La demografía bajo mínimos, la natalidad ´no asegura el reemplazo generacional, lo que nos empuja a la extinción física como pueblo. Esta es la última causa de la inmigración masiva que sufrimos, la sustitución poblacional, fomentada por los mismos cerebros que nos declararon la guerra psicológica hace 35 años. Ahora esta guerra se hace fomentando el multiculturalismo, la tolerancia, el anti-racismo y la diversidad para que la población acepte su propia destrucción sin protestar. Y si todavía queda algún ciudadano que no traga con el engaño, entonces ya se va a por él por las malas. Se le difama a través de los medios de comunicación y, si insiste en su actitud, se le encarcela por «delito de odio».
Y así hemos llegado a la situación actual. La operación que se inició hace más de cuarenta años en los centros de poder mundial ha resultado un éxito. USA, Alemania y Francia siguen compartiendo su control sobre España. Hubo un momento, a principios del siglo XXI, en el que estos tres países se enfrentaron entre sí, como consecuencia de la guerra Iraq (provocada para eliminar a un potencial enemigo de Israel que quería vender el petroleo en euros) y por el control de la UE (España lideraba una coalición europea pro-americana y contraria a la hegemonía franco-alemana). Pero esas diferencias fueron resueltas con el 11-M. El peón al que hubo que sacrificar, un vez más, fue España.
La economía española está destruida, no tenemos ninguna soberanía militar ni monetaria. Para poder estornudar tenemos que pedir permiso a la OTAN, a USA o al BCE. Para financiar cualquier gasto hemos de pedir prestado al extranjero, dinero que hay que devolver con intereses (o regalando recursos y patrimonio nacionales). Los impuestos y la deuda externa (casi inexistentes hace 35 años) ahora están por las nubes. El país envejecido y sufriendo una invasión extranjera sin precedentes en la historia, mientras que parte de la juventud tiene que emigrar al extranjero para sobrevivir. El separatismo más agresivo que nunca. Los derechos laborales en fase de desaparición. España está al borde del hundimiento político, económico y demográfico. Sólo hace falta una chispa para que se hunda del todo: una declaración de secesión, que la banca extranjera anuncie que deja de prestarnos dinero, que el BCE suba los tipos de interés…
Nuestra situación es más precaria que nunca. El engaño ha sido tan escandaloso que ha llegado un punto en el que una parte cada vez mayor de la población española se ha dado cuenta de lo que hay realmente detrás del bipartidismo y ha empezado a darle la espalda ¿pero cuál ha sido la reacción del Sistema? lanzar una nueva formación política que canalice todo el descontento para evitar que se le vaya de las manos. Disidencia controlada. Cambiar algo para que todo siga igual. Eso es Podemos. Es posible que Pablo Iglesias y Albert Rivera sean el nuevo bipartidismo si, como todo indica, el actual formado por el PPSOE se viene abajo. Nada pasa en España sin el visto bueno de Washington y de los grupos de poder que existen a su alrededor: el asesinato de Carrero, la Transición, la Constitución, el 23-F, el aceite de la colza, nuestra entrada en la OTAN, en la UE y en el euro, el 11-M, la invasión migratoria, destapar justo ahora todos los casos de corrupción que se habían ocultado durante décadas, la abdicación de Juan Carlos, Podemos… El objetivo es el siempre: liquidarnos como Estado Nacional soberano y disolvernos en el Nuevo Orden Mundial.
Sólo hay una solución. Debemos recuperar el país que nos robaron hace más de 35 años. Y para eso, debemos dar marcha atrás. Llevar a cabo un cambio radical. Eliminar todas las políticas que han desmantelado nuestra economía y nuestra soberanía nacional para entregarnos a intereses extranjeros. Para empezar, es imprescindible recuperar la soberanía monetaria. No existe proyecto nacional alguno si para financiarlo tienes que endeudarte pidiendo prestado al extranjero. Esta herramienta fundamental será usada para financiar nuestra economía productiva sin deuda y con bajos impuestos. Al mismo tiempo, a la banca privada le será retirado el privilegio de crear dinero de la nada a través de la reserva fraccionaria.
Abandonaremos la economía financiera -especulativa que nos ha llevado al desastre actual y recuperaremos la economía real: agricultura, ganadería, pesca, industria, tecnología y, también, el turismo, serán las nuevas bases de nuestra economía. Recuperaremos las escuelas de capataces agrícolas y las universidades laborales para formar obreros y técnicos cualificados. Esta será la base de nuestra economía: la formación y la productividad. Las leyes laborales anti-sociales que creen de manera equivocada que lo único que influye en la marcha de la economía es la legislación laboral serán derogadas. Los súper-ricos pagarán los impuestos que les toca, como todo el mundo. Las SICAVs y cualquier instrumento de evasión de impuestos serán prohibidos. Las Facultades inútiles que sólo sirven para adoctrinar a la juventud en el marxismo anti-español serán clausuradas, empezando por la facultad de Ciencias Políticas de la Complutense de Madrid.
Hay que cerrar el Estado de las Autonomías, ruinoso en lo económico y balcanizante en lo político. No hace ninguna falta. Es imposible relanzar la economía con diecisiete leyes diferentes. Un Estado Nacional concienzado con las características regionales de España es capaz de fomentar y proteger las lenguas y culturas regionales de España. Los territorios mantendrán su auto-gobierno como lo hicieron siempre, con las Diputaciones y los ayuntamientos.
El Plan de Recuperación Demográfica ha de ser una de las prioridades de nuestro Gobierno Nacional. Un gran proyecto de fomento de la natalidad, a través de medidas económicas, sociales y laborales que hagan compatible trabajo y familia. Por supuesto, se atacará sin cuartel a todas las ideologías anti-familia y anti-maternidad con las que hemos sido bombardeados en este proceso de guerra psicológica al que hemos sido sometidos sen los últimos 35 años.. La recuperación demográfica hará totalmente innecesaria la importación masiva de inmigrantes. Todas aquellas comunidades extranjeras que se consideren imposibles de integrar serán repatriadas a sus países de origen.
Todavía estamos a tiempo de arreglar los destrozos que ha hecho este anti-social y anti-nacional Régimen-78 durante más de 35 años. Aún estamos a tiempo de recuperar el país que nos robaron.
Me gusta, solo puntualizar que son los mismos españoles los que provocaron esta situación, que no es necesaria una conspiración si la masa Borreguil perpetua en el poder cada 4 años a los mismos «dioses» que deciden sobre esta nación, si nadie protesta ni sale a la calle porque es?
Quizás porque prefieren quedarse en su casa lamentándose cobrando el subsidio o los 400€ y buscar entre los despojos de esta nación un misero hueso que rumiar a modo de, en el mejor de los casos,1000€ al mes con los que seguir viviendo en «MATRIX»
No hay mayor ciego que el que no quiere ver ni peor mal para este país que aquellos que dependenden tanto del sistema que no moverán un dedo por cambiarlo, y para desgracia de todos, estos son la gran mayoria
Magnifico colofón para esta serie de artículos, aparte de plantear como ha sido el desastre, se aportan ideas de como solucionarlo. Enhorabuena
Me identifico 100% con este plan de choque y de gobierno una vez hecho el diagnóstico de nuestros males. Agricultura, pesca, ganadería y supongo que también la minería serán los puntales en la recuperación de nuestro sector primario.!A conquistar la calle!
Excelente, esta serie de artículos: lo resume todo en poco espacio. No obstante, me gustaría aportar una idea al plan de medidas que DN tiene previsto para recuperar el país que nos robaron.
A menudo se nos dice que los inmigrantes son necesarios porque, entre otras cosas, como el nivel de formación de los autóctonos es cada vez más alto, pues ninguno de éstos quiere hacer trabajos poco o nada cualificados y además «sucios», tales como los de temporero (para recoger frutas y otros tipos de cosechas en determinadas temporadas), peón de obra y limpieza, entre otros.
Pues bien, mi propuesta es la siguiente: todo estudiante que termine sus estudios universitarios o de otro tipo de formación académica media o superior (en todo caso, la enseñanza sería siempre pública y oficial) y obtenga el título (también oficial), ha de trabajar obligatoriamente en uno de esos puestos durante, por lo menos, un año (el trabajo sería remunerado, por supuesto), de manera que, por ley, constituya un requisito oficial imprescindible para poder ser contratado por vez primera en un trabajo acorde con su formación (se eximirían de este requisito aquellos que hubieran trabajado en tales puestos mientras cursaban sus estudios, lo cual sería otra opción).
¿Qué se consiguiría con esta medida? Se consiguiría lo siguiente.
En primer lugar, que los jóvenes recién titulados, además de que obtuvieran unos primeros ingresos, pasaran por una «iniciación» que les permitiría adquirir una experiencia social y saber de primera mano lo que es la vida laboral no cualificada.
En segundo lugar, que, como ya he dicho antes, se cubrieran de forma permanente unos puestos de trabajo que supuestamente la gran mayoría de los nacionales no quiere cubrir, por lo que se haría innecesaria la mano de obra inmigrante.
Y en tercer lugar, que, como consecuencia de lo dicho en el primero, los jóvenes adquirieran una experiencia que, desde el punto de vista socio-laboral (y hasta personal), les haría cambiar la mirada y consideración hacia aquellos compatriotas que, por diferentes causas, no hubieran tenido su mismo nivel de formación (no a todo el mundo le gusta estudiar, aunque intelectualmente esté capacitado para ello) y que, por tanto, tuvieran trabajos de poca o nula cualificación.
Actualmente hay tanto «pijito» que en cuanto le dices que trabajas en la obra o en la limpieza, te miran mal, por encima del hombro. Y es que es muy fácil actuar así cuando al terminar unos estudios medios o superiores no se pasa previamente por esta «iniciación»; pero es que, además, no es de recibo que un estudiante de Psicología que obtiene el título a los 23-25 años, se crea capacitado, por ejemplo, para seleccionar personal, sin saber nada de la vida aún y menos de los demás oficios o profesiones para cuyos puestos selecciona personal, o que un arquitecto recién titulado que no ha tocado un ladrillo en toda su vida, mire con desprecio a un peón de la construcción.
Por cierto, y para que conste, soy licenciado universitario, aunque también he hecho trabajos poco o nada cualificados.
Saludos.
Yo no quise estudiar y a consecuencia de ello mi padre decidió llevarme a trabajar con él.. cumplí 15 años rodeada de kilos de pescado y pasando por las diferentes secciones de la empresa teniendo que llegar la primera y marchando la última, él siempre decía que había que dar ejemplo, en septiembre cumplí los 35 y sigo rodeada de kilos de pescado, ésta vez a cargo de la empresa que mi abuelo fundó, mi padre luchó y yo continúo luchando en estos tiempos tan difíciles, porque realmente lo están siendo. No tengo estudios, todo lo que he aprendido sobre empresas y ventas y demás lo he aprendido sobre la marcha y gracias a mi padre.
Y realmente pienso que nuestra juventud debería tener la oportunidad de formarse y aprender que lo que tienen ahora ha sido porque sus mayores lo han luchado.
Gracias
LO más gracioso es eso, lo de la ultraizquierda despotricando contra la Transición porque fue un fraude «de los franquistas». Y esto lo dicen los Pablo Iglesias de turno que bajo este «régimen neo-franquista» han montado un soviet en la Complutense sin que nadie haya hecho nunca nada por impedirlo.
habría que añadir la protección política que Francia dio a ETA durante años para conseguir cesiones por parte del gobierno de España. Todo, por supueto, con el visto bueno de Washington.