Frenar la islamización de Cataluña ya justifica suspender su autonomía, ya que los actuales gobernantes son incapaces de hacerlo.

Como era previsible, el Presidente de la Generalidad catalana, Artur Mas, de acuerdo con otras formaciones (ERC, IC, CUP) ha puesto fecha a la consulta separatista: el 9 de noviembre de 2014. Tanto el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy como el líder de la oposición Rubalcaba, han manifestado su rechazo al referéndum.

Llegar hasta aquí ha sido la consecuencia lógica de todo lo que los políticos han ido sembrando durante los últimos 35 años, empezando por la misma Constitución. Desde entonces, todos los gobiernos catalanes han promovido abiertamente el separatismo, con la colaboración directa de todos los gobiernos españoles. De la misma forma, mientras que en Cataluña se aprovechaban las formidables competencias que les daba la Constitución para promover el “patriotismo” catalán y el odio (o al menos, la indiferencia) hacia España, en el resto del país se hacía lo contrario: los medios de comunicación y el sistema educativo eran una herramienta de ataque, ridiculización y demonización del patriotismo nacional español.

El final del proceso ha sido el esperado, pero aún así sorprende la actitud de Artur Mas. Primero hay que recordar que este señor está incumpliendo, no sólo el juramento que hizo de cumplir las leyes vigentes, sino también su propia promesa electoral, que parece haber olvidado todo el mundo, incluido el señor Rajoy. Mas se presentó a las últimas elecciones regionales prometiendo una consulta sólo en el caso de que los catalanes le dieran la mayoría absoluta, y no sólo no lo logró, sino que tuvo un descenso de votos y de escaños considerable.

Aún así, y a pesar de la ilegalidad de lo que pretende, insiste en hacer la consulta, lo que quiere decir que, o tiene un pacto con Rajoy o tiene importantes apoyos extranjeros. O las dos cosas a la vez. El pacto con Rajoy pudo haberse acordado el pasado 29 de agosto, en la reunión secreta que ambos tuvieron en La Moncloa. El pacto consistiría en escenificar un enfrentamiento entre ambos para tapar sus respectivas políticas, en las que estos dos “patriotas” se están dedicando a pisotear a sus “compatriotas” y a poner a la venta a precio de saldo el patrimonio de todos.

Mas convoca la consulta, Rajoy se niega. Mas aprueba los presupuestos de 2014. Ambos se pasan todo el año 2014 en una estrategia de la tensión que lleva a todos los ciudadanos a un nivel máximo de hastío para que al final acepten cualquier acuerdo. Rajoy acude al Tribunal Constitucional, que anula la consulta. Mas lo acepta con una nueva dosis de victimismo, pero convocando elecciones para el mismo 9 de noviembre o incluso las retrasa a 2016, como dijo hace unas semanas. Incluso Rajoy puede ceder y dar a Cataluña el concierto económico.

Rajoy se creerá muy listo por el acuerdo, igual que se lo creyeron Suárez, González, Aznar y Zapatero, pero lo único que habrá hecho es lo que han hecho todos: dar una patada para adelante, mantenerse unos años en el cargo, ganarse un retiro dorado y pasarle el problema al próximo presidente español. Por su parte, los separatistas habrán conseguido más poder y más competencias dando un paso más hacia la secesión, y en pocos años volverán a la carga otra vez. Hay que recordar que en 2015 habrá elecciones generales y es posible que en 2016 haya una coalición socialista-comunista-separatista gobernando España.

Está claro que Rajoy no tiene ninguna intención de enfrentarse al separatismo. La filtración del fiasco del macro-timo de Eurovegas justo al día siguiente de que Artur Mas comunicara la fecha de la consulta separatista es una prueba clara de ello. Rajoy quiere tapar el tema. Se niega a dar la batalla ideológica y a tomar la iniciativa alguna vez. Va siempre a remolque de la agenda separatista. Se niega a responder a las mentiras del separatismo, a rebatir la falsedad del “España nos roba 16.000 millones al año”, la falsedad de que “el TC tumbó el Estatut”, a responder a los continuos insultos que se lanzan desde el separatismo catalán contra el resto de los españoles, de denunciar al separatismo catalán como lo que es: racismo anti-español, de señalar las incoherencias de los separatistas ¿son catalanistas unos señores que han inundado Cataluña de musulmanes?¿son catalanistas unos señores que han votado a favor de reformar la Ley de Extranjería y de todas las regularizaciones masivas que han llenado Cataluña de población tercermundista?¿son coherentes ERC, Iniciativa y la CUP cuando critican a Xavier García Albiol por “discurso de odio” contra los inmigrantes cuando ellos luego culpan a los vagos, ladrones y parásitos españoles de sangrar a los catalanes?¿el racismo es malo pero si es anti-español entonces es bueno?