Corto, más bien cortísimo, “recorrido” ha tenido la noticia:
Dos cameruneses, musulmanes, arrojaron por la borda, tras robarles, entre siete y diez, nigerianos, de religión evangélica. Asesinos y víctimas viajaban en una patera, desde Marruecos a las costas españolas.
Seguro que casos similares se habrán dado sin que llegue a conocimiento de las fuerzas del orden.
Pero estos “casos” no interesan a las “onejetas” que favorecen el tráfico de inmigrantes ilegales, menos aún interesan a los medios que apoyan esta invasión.
Cuando no hay posibilidad de cargar los muertos a las autoridades que deben de velar por nuestra seguridad, hay que aplicar el “silenciador”.
No veo al viejo grapo Ibarra o al “padrecito” Ángel clamando contra estos dos salvajes-negros e islamistas, para mayor inri-, asesinos de otros negros. Para estos “buenistas de salón de té”- no conviene- a sus intereses- que unos negros maten a otros. Que unos negros mueran sin arte ni parte de hombres blancos. ¡!Faltaría más!!.
De momento sabemos que, al menos, dos asesinos ya están en España. ¿Detenidos? ¿Por cuánto tiempo? ¿Serán condenados? Mejor aún ¿serán deportados a Cafrelandia?
Preguntas sin respuesta. Lo único cierto es que siguen llegando a nuestras costas, de manera impune y continua, barcos cargados de miseria africana y también de criminales. Esta vez conocidos, las más de las veces sin saberse.
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