Enrique López

Enrique López

El «morroqui»- Mohamed El Barquito – que ejerce(es un decir) de Comisario Político del PP en Melílla, lleva ya tres años demostrando, no solo su incompetencia para el cargo sino, igualmente, su complicidad con las hordas invasoras que usan esta plaza de soberanía como trampolín de entrada en la península.

El «saldo» del pasado año no puede ser mas catastrófico: mas de 20.000 ilegales trataron de asaltar la ciudad, 75 intentos masivos, 2.200 violaron las vallas, más de 3.000 entraron por los pasos fronterizos y no menos de 200 lo hicieron por vía marítima. Que este reflejado en «números oficiales». Muchos mas habrán entrado y pasado a la España continental sin ser tan siquiera detectados.

No menos grave es tener que reconocer que los únicos asaltos que son frustrados es cuando los «supletifs» marroquíes «tienen a bien» intervenir. Cuando ellos no lo impiden el asalto se salda con centenares de cafres a la carrera por las calles melillenses.

Sería interesante saber que instrucciones reciben los guardias civiles actuantes, que medios se les «permite» usar y el nivel de violencia de los invasores que se ven obligados a padecer.

Visto lo visto solo falta que el tal Comisario Político «morroqui» les ponga una alfombra roja hasta el CETI.

Lo que esta claro es que hoy quien «gobierna» es el PP, ni la Pesebre, ni los de «Jodemos», sino el inútil, cobarde y acomplejado PP. Y lo hace rematadamente mal.

«LO» de Melilla es una vergüenza. Permitir que se queden en nuestro suelo mas de 5.000 parasitos, portadores de enfermedades contagiosas, la inmensa mayoría islamistas y sin otro futuro que la marginalidad, la delincuencia y la sopa boba de los subsidios, es una bochornosa demostración de la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad de nuestras fronteras y de todos los españoles.

Los que aun confían- cada día menos, gracias a Dios- en el actual inquilino de La Mon-Cloaca y en sus esbirros, deberían reflexionar como es posible que España siga «exportando» licenciados y trabajadores cualificados y, por contra, siga permitiendo la entrada masiva de indeseables tercermundistas que solo vienen a aprovecharse del nivel de vida qque los españoles, trabajando mucho, hemos conseguido y no para que vengan, violentamente, unos invasores a aprovecharse de este esfuerzo y sacrificio.