Tras los centros de acogida de menores se esconde la realidad más dura y sobrecogedora. Menores que han sido alejados de sus madres y padres, progenitores a los que el mundo se les puso del revés, y que tras sufrir crisis personales, económicas y conflictos llegaron a sufrir trastornos psicológicos. Hay miles de personas en España que consideran que la Administración les ha robado a sus hijos. Pero no sólo lo piensan ellos. Detrás hay abogados, asociaciones y otros colectivos que creen que no les falta razón.
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Nota de DN: tras años denunciando las tramas de pedofilia, tras denunciar (y seguir denunciando) la invasión de miles de menores delincuentes en España que están provocando terror e inseguridad alrededor de los Centros en los que les mete el gobierno, tras denunciar los miles de menores desaparecidos durante el R78...ahora nos llega una nueva trama en la que se ven implicados niños y menores. Centros públicos pero de gestión privada y que se llevan un buen pellizco de dinero público por cada menor ingresado. Según los datos, se pagan alrededor de 65.000 euros cada vez que entra un niño en uno de estos centros, y entre 4000 y 9000 cada mes, dependiendo de la situación en la que se encuentra el menor. Es decir, cuantos más niños se ingresan más aumentan los beneficios ¿puede ser esta una de las razones por las que se están trayendo «menores inmigrantes» en masa?¿se sacan a estos menores de los Centros para ponerlos luego a disposición del pedófilo de turno? Como siempre, los fondos para este siniestro negocio vienen de la no menos siniestra Unión Europea.
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PEDOFILIA, SATANISMO, DINERO Y PODER
Estuve en un centro de acogida entre los doce y los catorce años, mis padres no se podían hacer cargo de mi, malos tratos y desnutrición, con sólo doce años terminé en el centro de acogida de Hortaleza, mi padre vino ebrio de trabajar y la emprendió a golpes con un cachorro de perro que había mordido unas cortinas, cogió al cachorro y lo estampó contra una pared, para después romperme a mí un palo de escoba en tres trozos golpeándome por todo el cuerpo por defender al animal. Los centros de acogida son necesarios cuando cumplen su función, cuando el perfil de los niños es similar, bien gestionados, le proporcionan al menor una transición hacia una situación más segura y estable. El principal reto al que se enfrenta un menor tutelado es el miedo a lo desconocido, miedo a las reacciones de otros niños, muchas veces más crueles de lo que podáis imaginar, pero por suerte, en los años 80 no había perfiles en exceso conflictivos. A mi centro llegaban niños llenos de piojos, grupos de hasta tres hermanos que acababan de perder a sus padres en accidente de tráfico, pero los profesionales del centro (entonces gestionado por monjas) evitaban que el drama fuese mayor, proporcionando seguridad a esos niños. Hoy esto es imposible, porque los centros están completamente colapsados por magrebíes y rumanos y los trabajadores sociales sometidos e intimidados, no quiero ni pensar que estos tres niños que perdieron a sus padres hubiesen tenido que ingresar hoy en Hortaleza, durmiendo en colchones en el suelo y convertido en un improvisado centro de reforma, eso hubiese multiplicado el drama por diez. Por eso es tan urgente y necesario expulsar en caliente y obligar a los países de procedencia a recepcionar a todos los deportados. Nuestra Seguridad Social no está pensada para ofrecer cobertura internacional, es un sistema social de aportación nacional y de uso nacional. El mal uso que están haciendo izquierda y falsa derecha de nuestro sistema social lo ha llevado completamente al colapso y los perjudicados son siempre los más vulnerables.