Si bien es cierto que, tras el 23-F y la victoria por mayoría absoluta del PSOE en 1982, las cesiones se frenaron en parte, la verdad es que el PSOE y todo su entramado cultural-educativo-mediático (en especial la sucursal de Bilderberg en España, el grupo PRISA) estaban haciendo algo infinitamente peor. Mientras que los separatistas, a través de las formidables armas que habían recibido,como educación y medios de comunicación, se dedicaban a promover el separatismo, en el resto de España se hacía lo contrario: se ridiculizaba y criminalizaba al patriotismo español, especialmente entre la juventud, a la que se bombardeaba para que renegara y se avergonzara de su españolidad. Incluso se presentaba al entorno de ETA como algo “rebelde” y atractivo. Poco a poco, esta propaganda anti-nacional fue afectando a toda la población española, haciendo que cada vez más gente, joven sobre todo, buscara sentirse parte de otras “nacioncitas” cuya defensa no estuviera satanizada, provocando el fortalecimiento de los separatismos y con ello una nueva oleada de traspasos de competencias llevadas a cabo desde 1996 por el PPSOE, primero Aznar y después Zapatero.

La semilla del separatismo no sólo se plantó en la Constitución, sino también en La Ley electoral. Ley que favorece la creación de dos grandes partidos de centro-derecha y centro izquierda, pero también a la tercera pata del sistema: los separatistas, reforzados por la misma legalidad que la Constitución daba a los partidos independentistas e incluso pro-terroristas como Herri Batasuna, por el concierto económico vasco-navarro o por la posibilidad de que los vascos se anexionen Navarra.

Pero no sólo el Estado se vació por abajo, sino que también por arriba, cediendo la soberanía nacional a instituciones globalistas, como reflejan varios artículos de la Constitución, entre los que destacan el 93 y el 96. Llegando a decir que esa entrega de soberanía sólo se podrá recuperar según lo que digan esas mismas instituciones internacionales. Es decir, si un gobierno español hace una cesión salvaje de soberanía al FMI o al BCE, en el caso de que haya un cambio de gobierno y llegara al mismo un partido patriota contrario a esa cesión, no podría hacer nada para recuperarla. Las cesiones han sido tan escandalosas que hoy ningún gobierno de España puede hacer absolutamente nada sin el permiso del FMI, la OTAN o del BCE, al que entregamos probablemente la soberanía más importante de todas: la monetaria, nuestra capacidad de emitir nuestra propia moneda, nuestro propio dinero.

El shock terrorista

ETA nace en 1959 como una escisión del PNV. En cuanto empieza a matar recibe al abierto apoyo de todos los “antifranquistas”. Los socialistas aplauden sus atentados e incluso los comunistas cooperan de manera directa con ellos en alguna ocasión, como en el caso del asesinato de Carrero Blanco. El almirante se oponía a los planes que el Nuevo Orden Mundial tenía para España, por lo que tenía que desaparecer. Murió el 20 de diciembre de 1973 a manos de un comando de ETA, con evidentes apoyos tanto desde fuera como desde dentro. De manera incomprensible, el máximo responsable de la seguridad de Carrero, Arias Navarro, fue nombrado su sucesor. Tras morir Franco se llevó a cabo la amnistía de 1977, tras la cual ETA empezó una oleada de atentados sin precedentes contra, curiosamente, todos los altos mandos militares patriotas que se oponían a la disolución de España en el Nuevo Orden Mundial. ETA no sólo le hizo un gran favor a los globalistas matando a todos aquellos militares españoles, sino que sus atentados también sirvieron para que las cesiones a las autonomías fueran aún mayores. Además, el shock terrorista hizo que la población española no se diera cuenta de todos los cambios económicos, sociales y culturales que se estaban preparando para España. En 2013, el PPSOE está llevando a cabo una nueva amnistía de etarras ¿se está haciendo para que, en el caso de que salga un Amanecer Dorado en nuestro país que se oponga a la destrucción de España, una ETA reforzada liquide a sus dirigentes?¿nos quieren provocar un nuevo shock con todas estas liberaciones de terroristas, violadores y asesinos en serie para asustarnos, que nos encerremos en casa y no protestemos?

Si bien es cierto que la mayoría del terrorismo durante la Transición fue de ultraizquierda, también lo hubo de ultraderecha, en un proceso que recuerda a lo vivido durante los años anteriores en Italia con la llamada Red Gladio. A estas alturas, seguimos sin saber qué pasó en el atentado del hotel Corona de Aragón, quién estuvo realmente detrás de los sucesos de Montejurra o de la matanza de Atocha, quién llevó a cabo el atentado terrorista de 1985 en el restaurante El Descanso en Madrid, atribuido al terrorismo islámico, en el que murieron 18 personas y cien resultaron heridas, o cuál es la verdad del asunto del aceite de la colza y su relación con la base militar americana de Torrejón.

Los atentados de ETA continuaron durante los años 80 y 90, años en los que siempre daba la impresión extraña de que los gobiernos de España hacían menos de lo que podían, alternando la represión con negociaciones absurdas que sólo servían para que la banda terrorista se reorganizara y se reforzara. Pero ni UCD ni el PSOE nunca jamás endurecieron el Código Penal. Lo hizo mal y tarde el PSOE en al año 1995. Francia era el santuario donde los etarras se refugiaban sin que el gobierno francés moviera un dedo, a no ser que hubiera concesiones del gobierno español a cambio. Los gobiernos franceses chantajeaban al español, al que se le exigía favorecer la posición de la industria francesa en España a cambio de colaborar contra el terrorismo, e incluso llegaron a pedir al gobierno de España que renunciara a las olimpiadas de Barcelona para dárselas a París.

Esta fue la situación hasta la segunda legislatura de Aznar, en la que se endureció la política anti-terrorista. El fin del terrorismo separatista parecía más cerca que nunca. el Gobierno de España, con cientos de errores en muchos aspectos, estaba llevando a cabo una política europea de oposición al eje franco-alemán que amenazaba con romper el equilibrio del pacto USA-OTAN-Unión Europea, consistente en que Europa no se alía con Rusia y apoya a los americanos a cambio de que éstos acepten la hegemonía franco-alemana en la UE. Hasta que un nuevo shock terrorista, el de los atentados del 11 de marzo de 2004, frenó este proceso. El atentado fue atribuido al terrorismo islámico, pero esta versión es poco creíble. Teniendo en cuenta la existencia en el pasado de la nombrada Red Gladio, de la gran semejanza del 11-M con los atentados de Bolonia en 1980 y las maniobras de la OTAN los días previos al atentado, podemos suponer que aún quedan muchas dudas que despejar sobre los sucesos del 11-M (de nuevo en el 11-M aparece ETA ayudando a los globalistas, esta vez con sus supuestos atentados frustrados los meses previos a la matanza, alguno de ellos calcado al 11-M y que hizo caer al gobierno del PP en la trampa de creer que ETA había realizado el atentado)