Como la de Loubna, que encontró a través de Cáritas una salida a su difícil situación personal en 2012, cuando estaba al borde del desahucio. Ahora, paga 53 euros de alquiler, y sobrelleva gracias a eso la escasez de recursos con los que subsisten en su casa ella, su marido y sus tres hijos. «¡Qué más quisiera yo que llegar a pagar una vivienda en el mercado libre!». La ayuda de Cáritas no se limita a la vivienda, sino también al acompañamiento: «Cuando llega algún recibo imprevisto, por ejemplo».

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Nota de DN: por supuesto, y como se ve en la foto, Loubna es una simpática inmigrante musulmana y Fanny colombiana. Loubna es una de las mujeres más gafadas de la historia, pues sus tres hijos sufren algún tipo de discapacidad y su marido está en el paro. Es decir, familia inmigrante de cinco miembros que no aporta absolutamente nada y que vive de las ayudas sociales pagadas por el trabajador español. Fanny se lamenta de que cuando vino la crisis se quedó sin trabajo y acudió a Caritas. Según ella huyó de Colombia «perseguida por la guerrilla» aunque habría que ver exactamente cómo demostró eso en su momento. El caso es que estamos hablando de población inmigrante que no aporta nada y que tendría que ser deportada de inmediato a su país de origen y todas esas ayudas ir a españoles necesitados. Nos dicen que los inmigrantes vienen «a trabajar donde los españoles no quieren» y «a pagarnos las pensiones». Pues bien, ni Loubna, ni Fanny están haciendo eso por lo que lo único que cabe hacer con ellas es devolverlas a sus países. Pero se quedan, porque hay políticos basura como Díaz Ayuso y Almeida que les regalan las viviendas por la cara y porque gracias a Caritas y a las paguitas pueden vivir en Madrid pagando 53 euros de alquiler mientras millones de españoles han de pagar cifras mucho mayores. Así nos va.

ayuso

Ayuso, con los suyos. Digna heredera de Esperanza Aguirre. Igual de traidoras. Los liberales lo llevan en los genes.