Como cada día desde marzo, ha tenido lugar una ensordecedora cacerolada de media hora desde las nueve de la noche en la calle Japón de Barcelona en contra de la apertura de una mezquita. La prensa del Régimen del 78 silencia a los vecinos, que piden ayuda a Democracia Nacional.
Durante estas semanas hemos ido visitando a los afectados, que están aterrorizados ante la inminente apertura de la mezquita dentro de un escenario en el que a diario los islamistas son protagonistas de masacres, violaciones y de estar implantando la ley islámica en los barrios de toda Europa. Parece ser que el local pertenece a un carnicero mahometano que tiene su negocio a pocos metros y que, por lo que nos cuentan, aún tiene bastante clientela.
«Que les metan en su casa» y otros comentarios que no vamos a citar sobre las barbaridades que harían los vecinos con los responsables si le pasaba algo a alguna chica del barrio, se pueden escuchar con facilidad en las conversaciones. Están hartos de la zángana de Colau y de sus secuaces y eso se nota.
Lamentablemente, en esta calle y en las zonas colindantes ganó el engendro separatista de Colau en las últimas elecciones municipales. ¿Acaso no sabían los que le votaron que eso iba a pasar en algún lugar de Barcelona? ¿Les tiene que tocar a ellos directamente para reaccionar? Sé que DN va a apoyar a los vecinos, pero lo que no puede ser es que algunos aún se avergüencen de este movimiento y nos digan que cada uno tiene sus ideas. Pues esas ideas son las que han permitido abrir una mezquita justo debajo de sus casas.
He sido testigo de la sorpresa de los vecinos al darse cuenta de que en DN no son gamberros como les pintan en los mismos medios que a ellos les silencian. Ahora saben que son gente seria y comprometida con los problemas que afectan a los ciudadanos y muchos ya se han afiliado. ¿Y tú, lector, a que esperas? ¿A que te pongan una mezquita al lado de casa o a que el de la fregona en la cabeza declare unilateralmente la independencia para unirte a este gran movimiento?
A.C.
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