Estas últimas semanas hemos visto de manera continua noticias sobre los disturbios en la ciudad norte-americana de Baltimore. La causa de los mismos fue la muerte de un joven afro-americano llamado Freddie Gray mientras se encontraba en arresto. Sufrió una herida en la columna por la que tuvo que ser hospitalizado, muriendo poco después.

En un principio hubo protestas pacíficas, pero pronto se transformaron en revueltas callejeras violentas que acabaron en pillajes, saqueo de comercios y quema de vehículos que obligaron a llamar a la Guardia Nacional. Aún así, 15 policías resultaron heridos durante las revueltas, por impactos de botellas, piedras y ladrillos lanzados por los manifestantes.

Como siempre, la versión de los medios de comunicación ha sido la de darle la mayor difusión a la noticia, prácticamente justificando la violencia como una respuesta al “racismo” que sufre la población negra por parte de la blanca.

Pero ha habido otras noticias coincidiendo con la de Baltimore, que no han merecido apenas atención por parte de los medios de comunicación. En Israel se han producido revueltas muy parecidas, en este caso protagonizadas por la población judío-etíope que vive en ese país. La chispa que encendió las revueltas fue el ataque por parte de unos policías israelíes contra un etíope, aparentemente sin motivo alguno, lo que provocó la indignación de estos inmigrantes, que salieron a la calle. Protestan por lo que consideran décadas de maltrato y se lamentan de que la mayoría de los etíopes han sido “encerrados en ghetos en 17 localidades”. No es nada nuevo. Hace años que Israel está dirigido por gobiernos ultra-sionistas cuyo objetivo es un Israel étnicamente judío y sin inmigrantes, algo que buscan a base de rodearse de todo tipo de muros y vallas para controlar la entrada masiva de inmigrantes. A pesar de esto, las críticas por parte de la prensa anti-racista al Estado de Israel son casi nulas en este tema.

Al mismo tiempo, en la ciudad sudafricana de Durban, ha habido revueltas violentas contra la población inmigrante de otros países africanos y asiáticos, provocando muertos, 48 detenidos, más de siete mil desplazados y la intervención de la Policía con balas de goma, gases lacrimógenos y cañones de agua. Un líder zulú local pide “la expulsión de los extranjeros ilegales que les usurpan los empleos y los negocios y son responsables de las altas tasas de criminalidad”. Por su parte, nada menos que el hijo del presidente, Edward Zuma, ha dicho :”Todos los que están de manera ilegal en este país deben marcharse. No culpo (a los sudafricanos) por estar furiosos. No voy a dejar de decir la verdad. El Gobierno debe dejar de huir y afrontar este problema, porque esta gente (después de los disturbios) acabará volviendo a sus residencias y solo habremos malgastado dinero del contribuyente”. Tampoco el anti-racismo oficial ha dicho apenas nada, mientras siguen despotricando contra el apartheid, un régimen que desapareció hace 25 años. No es nuevo, son los mismos que llevan años ignorando las matanzas de granjeros blancos en Sudáfrica y en Zimbawe.

ana isabel charle

La española Ana Isabel Charle y su asesino

Finalmente, en el Bronx de Nueva York, una española llamada Ana Isabel Charle, murió asesinada por un delincuente afro-americano llamado West Spruill. La mujer fue obligada a desnudarse para violarla. Logró salir huyendo desnuda, pero el asesino la persiguió hasta que la alcanzó, pegándole tres tiros. Un brutal suceso como este apenas ha tenido unas líneas en la prensa, la misma prensa que montó el gran escándalo el día que un tonto le dio dos bofetones sin importancia a una ecuatoriana en el metro de Barcelona.

Ni en Israel, ni en Sudáfrica ni en el Bronx se presentan los sucesos como casos de “racismo”. Ya se sabe, el racismo es una “enfermedad mental” que sólo sufren los europeos. Un asiático, un africano o un israelí no pueden ser nunca “racistas”. En Israel declaran que “la integración de los inmigrantes ha sido un fracaso”. Ojalá sólo fuera en Israel, pero no deja ser curioso. El patrón de inmigrantes llegando masivamente a países de culturas totalmente diferentes y que no se integran de ninguna manera se repite una y otra y otra vez, pero por algún motivo las élites políticas y económicas siguen promocionando la inmigración masiva y el multiculturalismo como algo positivo.

A pesar de todas sus películas de Hollywood, de la MTV, de toda su propaganda de Benetton, de todos los anuncios multicultis financiados por multinacionales súper-capitalistas como Coca-cola, de las campañas constantes de la ONU, de todas sus leyes anti-racistas, de miles de millones gastados para la integración de los inmigrantes, de tener subvencionadas a cientos de organizaciones pro-inmigración y anti-racistas, de los carteles de NO TO RACISM en los partidos de máxima audiencia de la Liga de Campeones…a pesar de todo eso, el multiculturalismo no funciona. ¿No debería alguien sensato llegar a la conclusión de que se está yendo por el camino equivocado?¿o es que hay grupos de presión internacionales con oscuros intereses en crear sociedades multi-culturales y multi-raciales? Porque ni Coca-cola, ni Hollywood, ni la Liga de Campeones están controlados por cuatro hippies votantes de Podemos. ¿qué interés puede tener el Capitalismo Internacional en promover estas ideologías “anti-racistas” (las promueven para el resto de la población, claro, ellos siguen siendo ultra-racistas, casi endogámicos)?¿por qué exageran los casos, reales o inventados, de supuesto racismo de un blanco contra un no blanco pero cuando ocurre al contrario esos mismos hechos son sistemáticmente ocultados?¿va a seguir la población europea sin darse cuenta de lo que está pasando?¿no ve que el objetivo de todo esto es simplemente su destrucción? Más le vale empezar a reaccionar pronto, antes de que sea demasiado tarde.