12 de octubre de 1492. Hablemos de Historia a las claras, sin tapujos, prejuicios ni tabúes.

Primero, me parece extraño que con tan sólo 500 hombres los españoles masacraran a millones de habitantes en la península del Yucatán, si se lee algo de historia se sabrá que el 90% de las muertes fueron debido a las epidemias traídas por los europeos que, con la que estaba cayendo allí, donde la Peste Negra había matado a un tercio de la población de Europa, no es raro que en América también hiciera estragos.

Si se ha visto documentales o películas de rigor como el ‘Apocalypto’ de Mel Gibson, se puede comprobar que el Imperio Azteca, lejos de ser el idílico Edén indigenista en el que toda la población vivía feliz; sometía a los pueblos subyugados a su capital Tenochtitlán y debían rendirle tributo mediante alimentos, mujeres o sangre para sus sacrificios humanos.

En este clima de terror generalizado, una a una, las tribus sometidas al Imperio Azteca fueron uniéndose al grupo de españoles en quienes veían una oportunidad para derrocar al poder imperial azteca, viendo a Cortés como su Salvador y que fueron decisivos para propiciar su caída. ¿Cómo sino iban a poder 500 españoles contra un ejército de cientos de miles de aguerridos indígenas?

Ingenuo es el que piense que solo con la superioridad militar bastaba. Cuando los monjes cristianos llegaron al Nuevo Mundo y revelaron que el sacrificio humano quedaba abolido bajo el manto del Catolicismo, debieron de iluminárseles los ojos. Segundo, no niego que hubiera alguna muerte, pues todo proceso de conquista se lleva por delante alguna vida, pero por esta regla de tres deberíamos odiar a los italianos por genocidas de nuestros antepasados íberos y celtas tras la conquista de Hispania por las legiones romanas.

Cualquier cabeza pensante valoraría mucho más el legado incalculable que trajo la romanización, introduciendo en nuestro territorio el Derecho romano, los acueductos, la lengua, la organización romana, las ciudades, y el hacernos una de las provincias más importantes de todo el Imperio. La América Hispana no fue una mera fuente de explotación de recursos, se crearon cuatro flamantes Virreinatos -Nueva España, Perú, Nueva Granada y La Plata-, que se convirtieron en los principales centros económicos y culturales del momento, al nivel de ciudades europeas como Londres o Sevilla, y en donde se construyeron los más avanzados hospitales, universidades o puertos de mercancías para comerciar con el mundo.

Tercero, pero si pese a todo nos ponemos melodramáticos y consideramos también a los italianos como genocidas, puestos a ser unos genocidas, estoy seguro que los amerindios hubiesen preferido mil veces que les conquistaran los españoles que los ingleses, los cuales en América del Norte no dejaron ni un sólo Piel Roja con vida. Los últimos que quedan habitan como animales de zoo en reservas protegidas.

Sólo hay que ver la demografía de ambos territorios, el Sur y el Centro mayoritariamente de raza americana y el Norte totalmente blanca. ¿Les suena el cine ‘Western’? ¿El que enfrenta a indios y vaqueros? Eso es un genocidio televisado. Por supuesto sin mencionar las barbaridades que hicieron franceses e ingleses con los colonialismos en África y Asia en el siglo XIX. En esta época de los colonialismos, lo hicieron existiendo ya una supuesta Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano que trajo la Revolución Francesa y que brilló por su ausencia.

Sin embargo en España, 400 años antes habíamos creado un real decreto firmado por los Reyes Católicos llamado las Leyes de Burgos (1512) y más tarde por Carlos I las Leyes Nuevas (1542) en donde se abolía la esclavitud indígena y el indio era considerado tan español como el peninsular, gozando de los mismos derechos que el resto de súbditos de la Corona.

Somos tan genocidas que creamos la que los historiadores han llamado la primera Declaración de Derechos Humanos de la Historia. En conclusión, créete todo lo que te diga el Discovery Max si quieres, porque los anglosajones no han tenido otro objetivo que el de desprestigiar con su propaganda a España y crear la Leyenda Negra. Gracias a Dios, disponemos de los documentos necesarios para desmentir una a una todas sus mentiras y falsedades, sólo hace falta leer un poco. Todo pueblo tiene su Leyenda Negra infundada por sus adversarios, lo que pasa es que en España hay gente tan tonta que se la cree. «1492, cuando en España no se ponía el Sol».

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