El desplome de los precios para los trabajadores del campo, mientras los intermediarios no ceden en sus ingresos, es el principal golpe que están sufriendo los agricultores y ganaderos españoles. También denuncian la inoperancia del Gobierno español y la Unión Europea tanto con los castigos arancelarios de la Administración Trump como con Rusia. La importación desmedida de productos que rompen más aún los precios y, por último, la amenaza de un recorte de la Política Agraria Común (PAC) crea un mapa crítico para el campo español.
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Nota de DN: al igual que hemos defendido durante los últimos años las protestas de los citricultores del Levante español, DN también apoyará las movilizaciones que todo el campo español está anunciando para las próximas semanas. Ya era hora. Han sido demasiados años aceptando las migajas-subvenciones de la UE a cambio de aceptar la competencia desleal de las producciones del tercer mundo, demasiados años aceptando cómo la UE usaba al campo español como moneda de cambio, aceptando las prácticas abusivas de las multinacionales de la UE que prefieren traer los productos del tercer mundo para aumentar beneficios, aceptando prohibiciones de insecticidas en Europa que sí se aceptaban en África, aceptando que la UE imponga sanciones a Rusia por orden de Estados Unidos que perjudican a nuestro campo, importando mano de esclava para ser más «competitivos» expulsando a la mano de obra nacional del campo, montando sindicatos agrarios regionalistas-separatistas en vez de montar un único Sindicato Nacional Agrario que defienda unido los intereses de todo el campo español ¿veremos, para variar, alguna bandera española en las protestas, señores de UPA y COAG? si es así, cuenten con nosotros.
Desde DN damos la bienvenida a los conversos a la causa que ahora apoyan a los agricultores pero que hasta hace cinco minutos defendían el «libre mercado» que, justamente, es contra lo que protestan los agricultores. Nos alegramos de este cambio y esperamos que estos «conversos» no se limiten solo a los productos agrícolas y que hagan lo mismo con el resto de productos que, provenientes de países como China, están destrozando nuestra industria y nuestro pequeño comercio a través del libre mercado. Invitamos a esos conversos (presentes en diversos parlamentos) a que empiecen a tomar iniciativas legislativas contra los productos y los comercios chinos igual que lo hacen contra los productos agrarios venidos de Marruecos o Sudáfrica.
P.D. Desde DN condenamos las vergonzosas cargas policiales ordenadas por el Ministerio del Interior contra los agricultores que se manifiestan, el mismo Ministerio que se niega a tomar acciones contundentes contra los terroristas callejeros separatistas que queman las calles de Barcelona con total impunidad. Lo dicho, vergonzoso.
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Los «conversos» son las multinacionales del R78. Esta gente, tras desmantelar la agricultura en España para entregarla a la UE y arruinar a millones de agricultores, se dedicó a comprar terrenos tirados de precio y crear multinacionales discretas. Estas multinacionales se reparten grandes compensaciones económicas de la UE, por no vender el producto dentro de la UE, y luego, como la ganancia ya la tienen, se sacan una sobreganancia vendiendo el producto fuera de la UE tirado de precio, con lo que hunden el mercado del país en el que venden.
Trump les ha puesto aranceles porque le hunden el mercado nacional, como el de la aceituna de California. Mandaron a alguien, que percibe comisiones, a negociar con Trump y lo primero que hizo nada más llegar fue meterle un empujón al anfitrión para colocarse en la foto en el lugar preferencial que él cree que le corresponde…
Los sindicalistas de los «conversos» no piden sacar la producción adelante, como piden los agricultores honrados, sino que sus amos disfruten por el mundo de la impunidad que disfrutan en España y que les hace creer que tienen derecho a ir dando empujones a todo el que se presente.
Las protestas de los agricultores europeos son para que no les hagan lo que a los españoles ya les hizo el R78 hace años.
Por «conversos» el texto se refiere a los ultraliberales reconvertidos en proteccionistas. Pero bienvenido sea el cambio si es para bien.
Tal vez, para mitigar parte del problema, no sólo habría que agruparse como cooperativas si no que estas cooperativas ser a su vez comercializadoras. Me explico: Este problema sucedió hace muchos años en Lérida en el sector cárnico y los productores a través de la cooperativa crearon la comercializadora Area de Guissona con la cadena de tiendas Bon Area y hoy en día, dicha cooperativa es la empresa más fuerte de Lérida. Soy consciente que hacer comercializadoras que compitan con cadenas de Supermercados es difícil aunque a mi modesto entender es la única solución que se me ocurre. Ya se que no es la panacea ni una solución sencilla, pero la supervivencia de los productores está en juego y esta podría ser parte de la solución para unos cuantos.