Se cumplen 20 años de los atentados del 11M y seguimos sin saber quién estuvo detrás de aquel brutal golpe terrorista que acabó con la vida de casi 200 personas, aunque la perspectiva del tiempo desde entonces hasta hoy, los antecedentes terroristas de la Red Gladio (sobre todo el atentado en la estación de Bolonia, en Italia, en 1980, muy parecido al 11M) y la historia de los últimos 125 años de atentados de falsa bandera (desde el Maine en 1898 hasta hoy) nos indican de manera bastante clara quién pudo ser el ejecutor de aquella masacre.

De nuevo, volverá estos días la falsa dicotomía. Desde los sectores oficialistas, nos volverán a querer convencer de que fue un atentado islamista y de que el Gobierno del PP de Aznar de la época mintió al intentar atribuir la autoría a ETA. Desde la falsa disidencia, negarán (con razón) la versión oficial, pero seguirán con sus insinuaciones de que pudo haber algún contubernio entre ETA y el PSOE detrás de los atentados.

Es la conclusión a la que se llega cuando se aborda el atentado desde una óptica exclusivamente nacional, que es una de las trampas a las que nos lleva la falsa disidencia. Pero el 11M solo se puede entender ampliando la vista y analizando la situación internacional del momento, que estaba centrada en el fuerte enfrentamiento entre Estados Unidos y las dos principales potencias europeas, Francia y Alemania, que siempre se opusieron a la invasión e Iraq, que bloqueaban cualquier resolución de la ONU favorables a la ocupación del país árabe y que amenazaban con salirse de la OTAN y aliarse con Rusia. Además, insistían en derogar el Tratado de Niza, muy favorable a los intereses de España y contrario a los franco-alemanes.

En este contexto entran las últimas versiones del atentado difundida por el comisario Villarejo y por Alvise Pérez, culpando a Francia y Marruecos del atentado. Explicación que se acerca más a la realidad, al introducir el factor internacional francés, pero sigue siendo incompleta, pues es imposible que Francia lleve a cabo un atentado así en un país OTAN aliado de Estados Unidos sin el visto bueno de Washington. Se ignora el simulacro de atentado terrorista CMX-04 que la OTAN tenía previsto para la semana del 4 al 10 de marzo en varias capitales europeas, el más que probable uso de explosivo militar en los trenes, explosivo cuyo uso está restringido a muy pocas potencias militares del mundo y que fue el propio Villarejo uno de los que participó en la persecución contra la juez Coro Cillán, investigadora del caso.

En nuestra opinión, el 11M responde al mismo tipo de atentado del estilo OTAN/Gladio que ya se observó durante la Guerra Fría y cuyos objetivos serían provocar un reajuste de la política internacional devolviendo a Francia y a Alemania (a costa de España) al redil de la OTAN (el tratado de Niza se derogó tras el atentado), provocar un vuelco en las elecciones norteamericanas a celebrar en noviembre de ese mismo año a favor de George Bush, justificar la presencia norteamericana en Iraq recuperando la falsa relación entre ese país y Al Qaeda y, en cuarto lugar y en menor medida, acelerar el proceso de federalización de España iniciado en 1978, usando a los separatistas como palanca necesaria para lograrlo.

Si Aznar ocultó alguna información, en todo caso, sería la relacionada con el extraño atentado de falsa bandera que se pretendía atribuir a una infiltradísima ETA el viernes 12 de marzo, aclarar quién ordenó destruir los trenes, cómo se organizó el episodio de Leganés, donde murieron los cabezas de turco a los que se culpó falsamente de la masacre, quién montó la falsa mochila de Vallecas y pasó esa información a la derechista y opusina COPE (a la COPE, no a la cadena SER) la relación previa al 11M que la trama de los asturianos y los marroquíes, bastantes de ellos confidentes de la Policía, tenían con el mundo etarra, que es donde todo indica que estaban infiltrados, la relación de los explosivos que manejaban con esa falsa bandera preparada para el día 12, quién viajaba en el avión de la CIA que llegó a Palma de Mallorca el día 9 de marzo y despegó el 12 de marzo, quién decidió culpar del 11M a la trama de los asturianos y los marroquíes, quién entró y salió de las cocheras de los vagones de los trenes los días previos al atentado…todo esto ocurrió con Aznar todavía en el Gobierno, no con el PSOE, y es imposible que todo esto ocurriera sin que su Gobierno se enterara de nada.

Solo hay un país y unas fuerzas globalistas capaces de hacer un atentado así y quedar impunes, capaces de lograr que partidos políticos, jueces, medios de comunicación, fuerzas de seguridad…callen y oculten la verdad, capaces de financiar y dirigir la Transición en su propio beneficio, capaces de provocar y de tapar también una crisis terrible como la del aceite de la colza en los años 80…Curiosamente, bastantes de los que dicen ser “buscadores de la verdad” del 11M son defensores acérrimos de ese país y de esas fuerzas globalistas que hoy están impulsando el conflicto en Ucrania.

Los españoles merecen y deben saber la verdad para ser conscientes de hasta qué punto de maldad, traición y de infamia llega el Régimen que les desgobierna desde 1978, y lo necesario que es derrocarlo si queremos recuperar nuestra soberanía, impedir la desaparición de nuestra Patria y hacer justicia a los muertos del 11M.