Drancy (70.000 habitantes) es una de las grandes ciudades de la «banlieue», los suburbios, del norte de París, donde la violencia no cesó durante el confinamiento y ha crecido durante todo el verano, con estallidos regulares de batallas campales entre bandas multiculturales, enfrentándose a pedradas, navajazos y tiros. Batallas que culminan con el incendio de coches y escaparates
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Nota de DN: Extrañamente la noticia hace referencia a que estas bandas de criminales son «multiculturales», es decir, están formadas por extranjeros, básicamente africanos. Sí, esos a los que había que dejar entrar en Francia para que pagaran las pensiones a los ancianos franceses pero lo único que hace esta basura con los ancianos es robarles y agredirles. En España también se empieza a vivir este fenómeno, y no solo con africanos sino también con las bandas latinas que forman algunos de nuestros «hermanos» sudamericanos. Igualmente, son estas bandas las responsables del aumento de las agresiones sexuales en España, y no la pornografía, la última excusa ridícula que este repugnante sistema se ha sacado de la manga para no señalar al auténtico culpable: sus protegidos «multiculturales».
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