Hace apenas cuatro días su abogado-magnifico magistrado pero, luego, letrado de siniestros “personajillos”- lloraba por las televisiones que la mujer de Barcenas “no tenía ni para pagar el teléfono”.
En aquellos días nadie se imaginaba que Luis”EL CABRON” pudiera beneficiarse de una libertad bajo fianza. Pero, así son las cosas de la “¿justicia?” hispánica, cambio la “ventolera” judicial y mediante una “exigua”-para la gravedad de los cargos que se le imputan- fianza de 200.000 euros dejaba de vivir en Soto del Real.
Entonces ocurrió el “milagro”: quien no tenía para el teléfono (¡que dolor, que dolor, qué pena!), ni en dos días, lograba reunir esos más de 32 millones de pesetas, con la colaboración de su, por lo visto, acaudalada familia.
O sea, de la nada a millonarios. ¿Sera verdad?. Supongo que los “intrépidos” tíos de la toga y las puñetas van a mirar con lupa la procedencia de estos oportunísimos haberes. ¿O no?. Tal vez ahora “convenga” al Sistema que este en libertad, de la misma manera que, antes, les convenía tenerlo en la ergástula.
Lo que, en todo este tiempo, ha quedado meridianamente claro es que las supuestas “bombas” que estaba dispuesto a soltar contra su Partido Podrido, son bombas… de agua. Tan inexistentes como las “armas de destrucción masiva” que le costaron el “trono” y la vida a Saddam Hussein.
Entre mafiosos no está bien visto delatarse, la “omerta” impera. Si alguna puyita menor, pero nada serio. Tal vez por eso Luis “EL CABRON” está aún vivo. Todos sabían que su boca estaría cerrada. Por su bien y el de “la familia”- la de sangre y la otra-. ¿Capicci?.
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