Hace unos días se celebró la esperpéntica fiesta de carnaval en mi ciudad, Alicante. La ciudad estaba atestada de miles de jóvenes, la gran mayoría menores de edad, que bajan al centro a hacer botellón, a emborracharse y, ya en estado de embriaguez, se dedican a orinar, defecar en las calles y dejan la ciudad hecha unos zorros.
La indecencia propiciada por los efectos del alcohol y alguna que otra droga ingerida (como el cannabis) hace estragos en el cerebro de los jóvenes, por no hablar también del espectáculo grotesco que protagonizan algunas mujeres en ese estado, como el de ponerse a zorrear a diestro y siniestro sin sentir vergüenza de sentirse indignas por este tipo de comportamientos, reclamando luego derechos el 8 de marzo, día en el que llenan las calles en otro “ carnaval” también grotesco que no genera igualdad con el varón, sino todo lo contrario; fomenta la deconstrucción social entre ambos sexos y le da superioridad moral a la mujer.
Por un lado se les llena la boca con soflamas y consignas de: “Ni una menos” y por otro en carnaval, embriagadas (y algunas emporradas) se comportan como verdaderos zorrones o putones de discoteca haciendo creer al sistema del Régimen del 78 que fomentan la igualdad cuando es realmente lo contrario. Si eso es igualdad que baje Dios y lo vea.
Por otra parte, cabe destacar, también muy importante al respecto, que el carnaval es una fiesta pagana en la que el objetivo es emborracharse y drogarse y, cómo no, dejar la ciudad hecha un auténtico vertedero de cloaca infecta. Antiguamente en el régimen anterior, liderado por el general Francisco Franco, dicha festividad estaba prohibida, no solo por pagana sino porque en la Segunda República, al ir la gente disfrazada con ropajes y máscaras, se dedicaban a ajustarse las cuentas y se producían asesinatos durante esta decadente festividad y luego nunca daban con el asesino. Cabe destacar que un servidor no es franquista pero ahí Franco obró bien como con otras tantas cosas al respecto, como la prohibición del juego.
Aquí en Alicante el spot publicitario del carnaval fue uno en el que se ridiculizaba a Franco, al cual le salían unos rayos laser de los ojos que destruían el Valle de los Caídos y luego Santiago Abascal, líder de Vox, con un Delorian que explotaba fomentando así el odio a lo que el rojerío progre denomina «las 2 Españas»
El alcalde Luís Barcála amenazó con retirarles la subvención a los diseñadores del carnaval si no retiraban inmediatamente dicha fotos. Y estos andrajosos la retiraron con tal de que no les quiten la subvención que pagan los compatriotas alicantinos, sean o no de derechas. Con tal de mantener la ayuda pública, levantarían hasta el brazo. Esto son los principios de la extrema izquierda y farandula progre: “ la paguita”.
Hacen gala de Marx, pero no del ideólogo el cual proletarizó a las masas hasta el punto de deshumanizarlas, fomentar la lucha de clases, anularles su espíritu y que éstas no tengan raciocinio en sus carnes y sean materialistas en todo su afán .Son marxistas, claro que lo son, pero de Groucho Marx.
Por supuesto, con spot zafio y decadente o no, este derroche económico lo pagamos todos, incluidos a los que no nos agrada el carnaval. Para despilfarrar sí hay dinero pero para las pensiones dignas, parados y
demás gente perjudicada por la crisis no lo hay. Hipocresía y mucha al respecto.
El Estado ha de usar el dinero de todos con criterio y, ya que pagamos impuestos, que sean para ayudar a nuestros compatriotas más necesitados como parados, enfermos, pensionistas etc… y no para subvencionar con el dinero del contribuyente el paganismo como forma y estilo de vida.
Como colofón. La ciudad de Levante, aquella ciudad donde el sol y el buen clima residen hasta en invierno, amanecía con las calles sucias y orinadas. El mar con residuos (botellas, latas, hasta comida) y los alicantinos damos un ejemplo nocivo y tóxico sobre lo que es nuestra ciudad, ensuciándola en vez de limpiarla.
Mantenga limpia España, mantenga limpia su ciudad. Ya que Alicante se merece eso y más.
Como colofón. Viva Alicante y Arriba España.
A.S.M
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