Imagínense una empresa cualquiera con personalidad jurídica propia, con cientos de años de antigüedad, que siempre ha pertenecido a un grupo de familias cuyos miembros han trabajado siempre en la empresa, que siempre ha desarrollado su negocio en un territorio determinado, que cada familia tenía un número de acciones de la empresa igual al número de sus miembros, que los miembros de la familia transmitían su condición de socio a sus hijos y nietos de generación en generación, de forma que los herederos siempre se preocupaban del cuidar lo mejor posible de la empresa, con el fin de que sus hijos y nietos pudiera heredar su condición de socios y poder continuando con la explotación y disfrute de la empresa.
Imagínense que todas las familias propietarias de la empresa, en cada momento designaban a aquellas personas que, siendo miembros de algunas de dichas familias, consideraban que reunían las mejores condiciones para gobernar y tomar las decisiones necesarias para que la empresa fuese lo mejor posible en cada momento.
Imagínense que, por ejemplo, el 1 de enero del año 2.000, el capital social de dicha empresa está compuesto de 40.000.000 de acciones y las familias que son propietarias de dichas acciones, toman la decisión de cada año regalar acciones de la empresa a personas y familias que hasta ese momento nunca antes habían tenido acciones en la empresa, de forma que a partir de ese momento surgen dos grupos de accionistas, por un lado, los accionistas o socios fundadores –descendientes de las familias que históricamente siempre habían sido dueñas de la empresa- que ostentan la mayoría de las acciones y son los socios mayoritarios, y por otro lado, los nuevos socios –personas o familias que reciben gratuitamente acciones de la empresa- que ostentan una minoría de acciones y son los socios minoritarios.
Imagínense que a partir del año 2000 el porcentaje de acciones de la empresa perteneciente a los socios nuevos crece un 1% de manera ininterrumpida como consecuencia de que la empresa cada año continúa regalando acciones a nuevos socios, y de que los socios fundadores no tienen hijos o tienen menos hijos que los socios nuevos, de forma que los herederos de estos últimos son cada vez más.
Imagínense que a partir del 1 de enero del año 2050 el número de acciones pertenecientes a las familias fundadoras es inferior al número de acciones perteneciente a socios nuevos (inferior al 50% por tanto) y que estos, de común acuerdo, deciden que las personas que gobiernan y toman las decisiones en la empresa sean sólo socios nuevos, deciden también cambiar el territorio en el que la empresa actuará a partir de ese momento, y modificar a peor las condiciones de trabajo sólo de los socios fundadores.
Imagínense que esa empresa se llama, España, S.A., ¿cuando consideran Ustedes que los socios fundadores perdieron su condición de socios mayoritarios de la empresa? ¿Cuando el 1 de enero del año 2000 decidieron que en el futuro iban a regalar acciones a socios nuevos y e iban tener menos hijos que estos? ¿O el 1 de enero del año 2050 cuando simplemente sucedió y se oficializó la consecuencia de lo que durante los 50 años anteriores estaba sucediendo?
Y lo mas importante de todo, imagínense qué adjetivos utilizarían todos aquellos que durante los cientos de años anteriores habían sido socios de España, S.A., para calificar a sus hijos, nietos, bisnietos, tataranietos, trastataranietos, pentanietos, hexanietos, heptanietos, octanietos, nonanietos y decanietos habidos que a partir del año 2000 tomaron y aplicaron las decisiones anteriormente referidas.
Felipe M.
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