Periodista sueco llama por teléfono a la policía sueca y les pregunta cómo va la investigación de una violación reciente sufrida por una niña sueca de 12 años. Las respuestas de la policía es más que descriptiva del estercolero en el que Suecia (y pronto toda Europa) se está convirtiendo. Desde que la «progresista» Suecia abrió sus fronteras a la inmigración masiva (en especial de musulmanes) las violaciones, las agresiones sexuales y la inseguridad ciudadana se han disparado.