Argelia está tomando «medidas urgentes» para hacer frente al fenómeno de la inmigración, ya que es una «amenaza para la seguridad nacional», según dijo el lunes 10 de julio el canciller Abdelkader Messahel.

Redes organizadas están detrás de este flujo masivo de inmigrantes ilegales», dijo el ministro, según relata un informe oficial. «Una mafia organizada que incluye argelinos supervisa las operaciones de la emigración ilegal hacia Argelia,» añadió Messahel, poniendo de relieve los vínculos entre las redes de tráfico de personas con grupos terroristas y el crimen organizado.

Estamos siguiendo de cerca este fenómeno ya que Argelia se ha convertido en un país de destino para los inmigrantes ilegales subsaharianos «, agregó

Es nuestro deber como gobierno y como argelinos defender la soberanía y la seguridad nacional, es nuestro derecho «, comentó Messahel.

El Gobierno sigue «vigilante» en el tema de la inmigración ilegal, agregó. «Los argelinos son conocidos por su hospitalidad, pero son celosos de su soberanía nacional», dijo Messahel. «Las leyes argelinas prohíben la inmigración ilegal» ha recordado de nuevo el jefe de la diplomacia argelina, indicando que «20 millones de africanos se están desplazando ilegalmente por África a causa del desempleo, el clima y los conflictos y les resulta difícil ir a Europa, debido al cierre del acceso». Asimismo, añadió que hay «5.000 africanos» en las filas de los grupos terroristas en el mundo, que es «un gran número».

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El político argelino Ahmed Ouyahia

Pocos días después del anuncio de una campaña de regularización de los inmigrantes en Argelia, un nuevo líder político argelino y ex primer ministro Ahmed Ouyahia hizo unas declaraciones cercanas al racismo y al discurso de odio contra los inmigrantes subsaharianos en el país.

En declaraciones a la emisora ​​de televisión Ennahar, Ouyahya, secretario general del partido político de RND, describió a los inmigrantes subsaharianos como una «fuente de delito, drogas y otras calamidades». Sus declaraciones racistas muestran  una feroz oposición al intento del gobierno de salvar su rostro dando a los subsaharianos una oportunidad para obtener el estatus de residencia en Argelia.

El político argelino se negó a considerar la inmigración desde la perspectiva de los derechos humanos diciendo con un tono hostil que el tema es parte de la «soberanía» estatal.

Al decirlo, Ouyahya está tratando de surfear en la marea del populismo antes de las elecciones de 2019. «Estas personas están en los territorios argelinos ilegalmente», dijo, añadiendo que «la ley no permite que el Estado recurra a trabajadores extranjeros».

Siguió diciendo que «el Estado debería proteger a los argelinos de la anarquía imponiendo reglas estrictas a estas personas (inmigrantes)».

Continuó hasta elogiar a Trump sin nombrarlo, citando especialmente la necesidad de un muro para proteger al país de extranjeros similares a los que EE.UU. quiere construir en sus fronteras sur con México.

Esta no es la primera vez que los políticos argelinos pronuncian comentarios racistas contra los inmigrantes en un intento de encender el fervor nacionalista en momentos de crisis financiera. El año pasado, el asesor del presidente Bouteflika y sorprendentemente jefe de la comisión de derechos humanos de Argelia, Farouk Ksentini, hizo declaraciones escandalosas, acusando sin rodeos a los subsaharianos de propagar el VIH y las enfermedades en Argelia.

No es de extrañar entonces que un gran segmento de la sociedad argelina siga su ejemplo, propagando el odio en los medios de comunicación social con las marcas del racismo en sus formas abominables. Recientemente, un hashtag «limpiar de africanos las ciudades argelinas» fue lanzado por activistas argelinos anti-inmigrantes en Twitter.

Avergonzada por la proliferación del racismo contra los inmigrantes y en la necesidad de trabajadores en la agricultura y la construcción, Argelia se apresuró a salvar su rostro con el lanzamiento de una operación para otorgar derechos de residencia y permisos de trabajo a inmigrantes ilegales africanos. Sin embargo, es improbable que la medida produzca los resultados deseados en ausencia de un cambio de retórica y mentalidades en línea con los principios de derechos humanos.

En diciembre pasado, las autoridades argelinas reunieron a más de 1400 inmigrantes subsaharianos en Argel y los deportaron 1900 km al sur a la ciudad desértica de Tamanrasset, de donde fueron deportados a Níger.

El maltrato de Argelia a los refugiados y solicitantes de asilo continuó con la expulsión de 41 refugiados sirios a las fronteras marroquíes cerca de la ciudad de Figuig el pasado 17 de abril.

Varias organizaciones de derechos humanos internacionales han criticado a Argelia llamándola a despenalizar la inmigración. Amnistía Internacional, Human Rights Watch y el ACNUR han pedido reiteradamente a Argelia que garantice la protección de los inmigrantes en su territorio y detenga sus políticas discriminatorias hacia ellos.

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