Multan a un Jubilado por pegar carteles en la vía pública buscando trabajo para ayudar a su familia, mientras los rumanos se amontonan a las puertas de IKEA sin tarjeta de transporte ni papeles en regla ofreciéndo portes y los inmigrantes africanos campan a sus anchas por la T4 de barajas haciéndo embalaje de maletas y amenazando a los trabajadores.
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160.000 euros de multa a un jubilado por pegar carteles en la calle para hacer portes.
El Ayuntamiento de Barcelona ha impuesto más de 300 sanciones a un ciudadano que se ofrecía en la vía pública a realizar mudanzas.
El hombre está jubilado y tiene dos hijos en paro, a los que según ha explicado intentaba ayudar.
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http://www.infolibre.es/noticias/politica/2014/01/30/
casi_160_000_euros_multa_jubilado_por_pegar_carteles_calle_12979_1012.html
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Es cómo decirlo, algo surrealista, si la información proviene de la insigne técnica ( a lo que no dudamos ) de las 3 ¨C ¨ : clara, concreta y concisa, y añadiríamos veraz.
En realidad, sea que hay unos baremos ( para las multas ) y habrán creído, alguien, asustar a esa persona, de esa manera para que cunda el ejemplo. Es habitual en zonas rurales o de menor población, etc, aunque ya extendido a cualquier lugar de la España profunda.
Una muestra más de lo lejos que puede estar el legislador al crear las leyes, en ello los buscadores de la Justicia ( los jueces al apliarla ) con el pueblo ; que es en realidad el auténtico poder de poderes.
Pero no vemos la misma contundencia con la venta ilegal — a todas luces — y a la luz del día, en las numerosas calles de nuestra amada y querida España, con respecto a esos ¨ amigos ¨ que venden todo tipo de artículos, los más conocidos los vendedores de ¨ pañolitos ¨ que te meten la mano por la ventanilla ; pero al ser una propiedad privada y no pública la vara de medir al igual que similares ejemplos no sirve, por el qué dirán. De igual forma con otros supuestos donde segun quién o quiénes a la hora de pegar un cartel y su afinidad política la multa o falta será de menor cuantía, siempre y cuando sea el juez compresivo de forma técnicamente ¨zapatillista ¨ y con normativas de la persecución del Odio, según el arte o forma, tal vez momento, y por qué no decirlo quién sea.
Recúrrase, ya que la compensación no puede ser más que el daño ocasionado, por lógica del sentido común.
Aunque en realidad, éstas legulelladas sólo hacen elevar el sentimiento de rebeldía de los españoles, y el perder no sólo el medio al castigo sino también a lo que tampoco tienen culpa : la autoridad, varias.