Falta envolverlo todo con «¡Vivas!» al rey… Las «¡Vivas!», en la cultura española, se hacen a los santos y a la patria. Hacer «¡Vivas!» a una persona que está viva siempre se ha considerado un desequilibrio mental que se llama fanatismo. Siempre ha habido algún fanático, pero poner a toda tu corte de beneficiarios y a una millonaria granja de bot virtuales, comprados con dinero de gente que lo necesita para comer, a hacerte a ti «¡Vivas!», es otra cosa.
Hasta el Ejército de los 12 Monos Youtuberos, emocionados con la cantidad de seguidores virtuales que les endosan por cada «¡Viva!», animan a los bot a salir a la calle a gritar ¡Viva! ¡Viva!… ¡Sí! Igual salen… y con mascarilla…
Falta envolverlo todo con «¡Vivas!» al rey… Las «¡Vivas!», en la cultura española, se hacen a los santos y a la patria. Hacer «¡Vivas!» a una persona que está viva siempre se ha considerado un desequilibrio mental que se llama fanatismo. Siempre ha habido algún fanático, pero poner a toda tu corte de beneficiarios y a una millonaria granja de bot virtuales, comprados con dinero de gente que lo necesita para comer, a hacerte a ti «¡Vivas!», es otra cosa.
Hasta el Ejército de los 12 Monos Youtuberos, emocionados con la cantidad de seguidores virtuales que les endosan por cada «¡Viva!», animan a los bot a salir a la calle a gritar ¡Viva! ¡Viva!… ¡Sí! Igual salen… y con mascarilla…