Con el conveniente ‘suicidio’ del pedófilo consuetudinario Jeffrey Epstein, los reflectores se enfocan en sus proxenetas, donde destaca su ex novia Ghislaine Maxwell, hija del magnate de medios británicos Robert Maxwell. Existe abundante literatura que implican a Epstein, a Robert Maxwell y a su hija Ghislaine como operadores del Mossad.
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Nota de DN: es curioso que tenga que ser un periódico cercano a la «dictadura» rusa el que saque la verdad detrás del caso Epstein mientras que la «prensa libre» del mundo libre (Estados Unidos y Europa) siguen mareando la perdiz con este asunto hablando de las «teorías de la conspiración» del caso Epstein, teorías que ni siquiera hablan (faltaría más) de las evidentes conexiones sionistas de Epstein y que solo se centran en las sospechas de que Epstein no se suicidó, sino que fue asesinado. Que no se suicidó es evidente. Ningún preso se había suicidado en esa cárcel (que tenía un estricto protocolo anti-suicidio) en 40 años, pero es que ni siquiera está claro que Epstein esté realmente muerto. Desde luego, en España podemos esperar sentados a que un solo medio de comunicación o partido (incluidos los cercanos a la «derechita valiente») diga una sola palabra de la terrible verdad que hay tras el caso Epstein.
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