En un intento desesperado por frenar el sentimiento anti-islamización que se extiende por Alemania, las autoridades de ese país proponen prohibir el burka en ciertos espacios públicos. Nada nuevo, aunque lo presentan como una novedad, esa propuesta ya se ha hecho en varios países de Europa en el pasado, incluida España y, como era de prever, nunca ha solucionado nada.
Tras la invasión de refugiados islámicos del año pasado promovida por Angela Merkel y tras la oleada de crímenes, violaciones y asesinatos cometidos por musulmanes contra alemanes, la traidora Merkel y su gobierno están en modo pánico. Han estado ocultando el factor islamista en los atentados presentándolos como obra de «locos» y ahora presentan esta ridícula propuesta para frenar el avance de las ideas anti-islam y también de las ideas anti-UE, ya que ha sido esta criminal institución la última responsable de la invasión musulmana que sufre Europa.
Recuperamos el comunicado que emitió DN hace ya varios años cuando en España se hizo esta misma propuesta, también como consecuencia del sentimiento anti-islamización en auge por aquel entonces, en especial en Cataluña.
Ante la prohibición del burka votada en el Senado
El Senado acaba de aprobar, con los votos del PP, CIU y UPN una moción que insta al gobierno español a prohibir el uso del burka y del nikab en lugares públicos. La moción ha sido una iniciativa del Partido Popular a instancias de su principal dirigente en Cataluña: Alicia Sánchez Camacho.
Esta señora, puesta a dedo por Rajoy en contra de la voluntad de los militantes catalanes de su partido, se presenta como candidata del PP a las elecciones autonómicas catalanas del próximo otoño y, como suele hacer su partido, ha visto en la inmigración una buena forma de ganar un puñado de votos, sobre todo teniendo en cuenta el nivel de invasión, sobre todo islámica, a la que ha llegado Cataluña.
Todo esto estaría muy bien si no fuera el propio Partido Popular el principal culpable de la situación descontrolada de la inmigración en Cataluña y en el resto de España con Sánchez Camacho como colaboradora activa durante muchos años. Por mucho que buscamos, no encontramos ni una palabra de la dirigente popular contraria al burka ni a la invasión islámica desde el año 1996 hasta hace unos meses.
Fue el PP el que inició la invasión musulmana de España en 1996 y el que hizo dos regularizaciones masivas en los años 2000 y 2001, esta última con Mariano Rajoy de Ministro del Interior. Fue Convergencia i Unió quien gobernó Cataluña en el periodo 1996-2003, cuando Cataluña empezó a llenarse de musulmanes y de mezquitas, sin que ninguno de estos dos partidos moviera ni un músculo por evitarlo. Por eso, verlos ahora liderando la lucha anti-burka da vergüenza ajena. Lo peor es que es puro electoralismo, al igual que el ridículo contrato de integración que el bombero pirómano de Rajoy se sacó de la manga durante las elecciones de 2008. Si examinamos la propuesta vemos que realmente no va a cambiar nada. El número de mujeres que usa el burka se puede contar con los dedos de la mano. Y si se quitan el burka da igual, se pondrán otra cosa y punto. Lo importante son las ideas y las intenciones que los islámicos tienen en la cabeza, no las prendas que se ponen encima de ella.
Dichas intenciones están claras: vienen a colonizar Cataluña, el resto de España y toda Europa. Con o sin burka. Ese es el fondo de la cuestión, en el que el PP no sólo no entra, es que ni siquiera se acerca y además es un colaborador activo. El PP de Madrid, Murcia y Valencia es un auténtico entusiasta de la entrada masiva de inmigrantes, musulmanes incluidos, como vemos en las constantes declaraciones sobre el tema de Esperanza Aguirre y Rafael Blasco, además de ceder suelo público para la construcción de mezquitas y financiar la expansión del islam con dinero público. El PP nacional no le va a la zaga. Desde el año 2008, sus propuestas sobre inmigración están a la izquierda del PSOE, sin que Sánchez Camacho haya mostrado la más mínima discrepancia.
Por lo tanto, esta última propuesta del PP en el Senado debería darle asco a cualquier persona sana. Estamos en campaña electoral catalana y los buitres del PP, mudos durante casi cuatro años, sacan cualquier cosa relacionada con la inmigración para captar votos. Pero ha de ser algo, como ocurre con el burka, que realmente no les comprometa a casi nada ¿ha dicho algo la señora Sánchez Camacho de la proliferación de mezquitas, de los discursos radicales de muchos imanes, del peligro que supone el auge de la demografía musulmana, de la cada vez mayor presencia de salafistas en las mezquitas de Cataluña? Esos salafistas no han aparecido por generación espontánea. Entraron en España cuando gobernaba su partido. ¿Y los señores de Convergencia?¿acaso no han apoyado todas las regularizaciones masivas de ilegales, tanto del PP como del PSOE?¿acaso no fueron ellos los que primaron la inmigración islámica frente a otras castellano-parlantes?¿no fueron ellos los que expulsaron a la Policía Nacional, único cuerpo con competencias en inmigración, de Cataluña, convirtiendo a dicha región en el paraíso de la inmigracion ilegal?
Resumiendo, el problema no es el burka, sino la islamización de España. Esto es electoralismo puro y duro del PP y CIU, principales culpables de la islamización de Cataluña (aunque evidentemente el gobernante tripartito progre-izquierdista también tiene parte de la culpa) a los que les ha entrado el pánico por la irrupción de nuevas fuerzas políticas identitarias. Podemos estar convencidos de que, si en el futuro, una coalición CIU-PP gobierna Cataluña, es posible que las cuatro mujeres que llevan burka en dicha región tengan que quitárselo, pero el problema de raíz seguirá ahí, y ni CIU ni el PP harán absolutamente nada por solucionarlo.
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