Desde que empezó la crisis, desde sectores empresariales y neoliberales han estado insistiendo en que sólo una serie de medidas podrán sacarnos de la misma. Las propuestas son siempre las mismas: eliminar el salario mínimo para los trabajadores menos cualificados, abaratar el despido, reducir subsidios de desempleo, pasar de la negociación colectiva a negociar por empresa de forma individual…cometiendo el error de base que piensa que la crisis es consecuencia de la “rigidez” del mercado laboral. También piden bajar impuestos y reducir el tamaño de la Administración.

Este error trata al trabajador como una mercancía más, por lo tanto, si hay mucho paro los salarios necesariamente tienen que bajar. Pero la mano de obra no es una mercancía más y bajar aún más los salarios no va a mejorar la situación. Es bastante más probable que la empeore, ya que la mayoría de las empresas españolas en crisis son pequeñas y medianas empresas que dependen del consumo nacional, y si se bajan los salarios de todos los trabajadores y se les lleva a una situación de (aún más) total inseguridad laboral y vital retraerán el consumo y la producción, aumentando el paro. Estas medidas podrían funcionar para los grandes empresarios exportadores, que parecen ser los únicos a los que defienden en realidad los que hacen este tipo de propuestas.

Debería preguntarse esta gente por qué hay tantos trabajadores de baja formación en España. Es la propia patronal española, de acuerdo con las élites políticas y financieras, las que decidieron hace muchos años convertir a España en un país de servicios de baja cualificación y mano de obra intensiva. Son ellos los que aceptaron sin protestar la destrucción de nuestra industria, son ellos los que montaron la burbuja inmobiliaria y trajeron a siete millones de inmigrantes infra-cualificados. Pero ahora quieren culpar a las clases medias y trabajadoras de la crisis, cuando son ellos los principales responsables.

Estamos de acuerdo en que hay bajar impuestos y reducir el tamaño de la Administración, pero aquí habría que matizar. Habría que decir que ni los impuestos ni el gasto público (ni los salarios) son mayores en España que en el centro y norte de Europa. Más bien lo contrario. Y en esos países la situación económica es bastante mejor que la española. Además, si se pagan muchos impuestos y si hay exceso de trabajadores públicos, la responsable es, de nuevo, la burbuja inmobiliaria creada por la patronal de la construcción. Esta burbuja provocó un aumento artificial de los ingresos públicos y un aumento brutal de la población como consecuencia de la inmigración masiva. Ambas circunstancias empujaron a los políticos a aumentar el número de trabajadores públicos. Además, al estallar la burbuja, los políticos se vieron forzados a transformar la deuda privada que empresarios y financieros habían creado en deuda pública. Para pagar esa deuda es para lo que nos están subiendo los impuestos.

Las razones de la crisis no son de mercado laboral, sino de falta de financiación, un mal modelo productivo y un exceso de inmigración, pero ni la patronal ni los neoliberales que la apoyan hacen la más mínima mención al respecto. Podrían pedir que el dinero que el BCE le está regalando a la banca privada fuera destinado a financiar la economía productiva y a crear empleo, en vez de destinarlo a pagar la deuda externa y a que el demente de Rajoy siga aumentando la deuda pública, que ya ha superado el 120% del PIB (no el 90%, como falsamente nos cuentan, con unas cifras de PIB totalmente infladas al alza)

Podrían pedir de una vez que España cambiara radicalmente su sistema económico, yendo a un modelo mucho más equilibrado en el que, sin abandonar el turismo, se potencie la agricultura, la industria, la formación profesional y la tecnología. Y sobre todo, deberían pedir una reducción drástica del número de inmigrantes. Lamenta la patronal ahora la presencia masiva de trabajadores no cualificados en España, pero el caso es que han sido sus medidas las que han provocado esa circunstancia. Esa presencia masiva de extranjeros hace imposible el necesario cambio de modelo productivo, además de convertirse en una carga insostenible para las arcas públicas, ya que el 75% de los inmigrantes no cotiza a la seguridad social y un número aún mayor no paga impuestos directos, pero tienen derecho a todo tipo de prestaciones.

Por desgracia, seguimos igual que siempre. Seguimos con una gran patronal que no ve la realidad e incapaz de hacer algo que no sea amontonar ladrillos y vivir de la obra pública que pagamos los demás. España no necesita una reforma laboral, España necesita una reforma empresarial.