La gran patronal lleva años pidiendo lo mismo para salir de la crisis. El recetario es el de siempre: reformar las pensiones, las prestaciones por desempleo y bajar los salarios públicos. Además, piden aplicar cuanto antes el retraso en la jubilación, más recortes en sanidad y educación y racionalizar el funcionamiento de ayuntamientos y diputaciones (de las autonomías sólo piden cerrar televisiones inviables).
Estas recetas vienen de la creencia de que el problema de España es “el excesivo gasto público” que “nos impide reducir el déficit y la deuda” para “dar credibilidad a los mercados para que nos presten dinero”. El excesivo gasto público viene, según la patronal, de las pensiones y de los salarios públicos. En realidad, el porcentaje del PIB que España dedica al pago de las pensiones no es diferente al de otros países europeos. En cuanto al “gasto público”, su aumento en los últimos diez años ha sido responsabilidad de la propia patronal: ellos promovieron la burbuja inmobiliaria, que ha provocado: primero, el aumento brutal de la deuda privada, que al ser convertida en pública ha aumentado el gasto público en forma de pago de intereses; segundo, el aumento del paro al estallar la burbuja ha aumentado el gasto público en forma de prestaciones por desempleo; tercero, la burbuja multiplicó en poco tiempo los ingresos de las administraciones, lo que les permitió aumentar el gasto con más empleados y empresas públicas y, cuarto, el aumento de la población. Antes de la inmigración masiva, la masa salarial pública costaba 60.000 millones de euros, después de la inmigración masiva (siete millones de habitantes más), la cifra se ha elevado a 120.000 millones. A pesar de su evidente responsabilidad en todo lo que está pasando, la patronal no hace la más mínima auto-crítica. Para ellos, toda la culpa es del pueblo español que “ha vivido por encima de sus posibilidades” y que “no quiere trabajar”.
Aunque es cierto que hay mucho despilfarro público y que éste debe ser corregido, también es cierto que dicho gasto en España no está por encima del de otros países de la UE-15. Más que por un aumento del gasto, los motivos del aumento del déficit y de la deuda públicos han sido el hundimiento de los ingresos debido al parón económico de un modelo agotado, basado en la construcción y la inmigración masivas, a un sistema fiscal en el que las grandes rentas no pagan impuestos y a las medidas anti-crisis que han tomado los últimos gobiernos españoles, que lo único que han hecho ha sido empeorar la situación.
Desde DN no compartimos las demandas de la patronal, basadas en la devaluación de los salarios y en el aumento de la precariedad para ser más “competitivos” y así exportar más. Primero porque la pobreza, el número de mileuristas y de personas cobrando el salario mínimo no para de crecer y segundo porque si todos los países de la UE toman esas medidas, habrá un hundimiento de la demanda a nivel continental, lo que bajará las exportaciones que se pretenden fomentar, ya que la mayoría de los países de la UE venden sus productos a otros países de la UE.
Y es que muchas de las propuestas de la patronal son negativas incluso para ellos mismos. Aunque se reforme el sistema de desempleo, si sigue aumentando el paro por hundimiento de la actividad económica, el gasto total en prestaciones será igual o superior. Apoyando la reforma laboral que baja salarios y precariza el empleo, lo que hacen es reducir los ingresos y aumentar la inseguridad de sus potenciales consumidores, que retraerán las compras bajando la producción y el empleo. Además, al llevar a la población a niveles de subsistencia legitiman la invasión y la competencia desleal de los chinos, pues los neoliberales que defienden la invasión china pueden presentar a la misma como la “salvadora” de los pobres españoles, que pueden comer gracias a lo baratos que son los productos chinos. Aumentando la capacidad adquisitiva de la población podría consumir productos españoles y los productos chinos serían mucho menos necesarios.
Presentar la privatización de las pensiones como remedio al “esquema piramidal que hace insostenible las pensiones públicas” es un argumento-trampa, ya que con las actuales tasas de natalidad no serán sólo insostenibles a largo plazo las pensiones públicas, sino toda la economía y en realidad, la Nación entera. Traer inmigrantes para resolver el problema es contraproducente, primero porque al ser de baja cualificación sus sueldos son bajos y también lo son sus cotizaciones, segundo porque muchos de ellos no quieren cotizar porque así mandan más dinero a sus países de origen(de los 5,6 millones de inmigrantes empadronados que hay en España, sólo cotizan 1,6) y tercero porque al traerse a toda su familia, aumentan los gastos del Estado en prestaciones, por lo que gastan más por un lado de lo que ingresan por otro. Habría una cuarta razón: la inmigración es un mal negocio porque cuanto más multicultural es una sociedad, más inestable y conflictiva y por lo tanto, peor para la economía. Pero muchos empresarios(en especial pequeños y medianos) no lo ven, y siguen sin darse cuenta de que la solución a las pensiones y a la crisis es más actividad económica, más productividad, más natalidad autóctona y menos inmigración.
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