El Papa Francisco, vuelve a dar la nota en el aniversario del hundimiento del barco contrabandista cerca de Lampedusa ocupado por inmigrantes diciendo que Europa debe abrir sus fronteras a la inmigración ilegal.

«Pido a todos los hombres y mujeres de Europa que abran las puertas de sus corazones.

«Quiero que sepáis que estoy cerca vuestro, rezo por vosotros y les pido que abran las puertas que están cerradas»

Este es sólo el ultimo de los discursos antiblancos del Papa.

En junio hizo un llamamiento a los gobiernos europeos para ayudar a los inmigrantes ilegales que llegan a Europa, pidiendo un «esfuerzo». En el, alentaba a los gobiernos a facilitar el movimiento de los migrantes para el beneficio de todos.

Además, en febrero elogió a Suecia por su abierta política de inmigración fronteriza y su asimilación de los inmigrantes.

Suecia, segundo país a nivel mundial con mayor tasa de violaciones. Tres veces mayor que en Noruega, el doble que en Estados Unidos y 30 veces mayor que en la India. ¿Acaso el Papa obvia el sufrimiento de todas estas mujeres? ¿Tan ciego está para no ver la clara relación entre violaciones e inmigración? Creo que el pontífice esta siguiendo unos mandatos oscuros que no provienen de Dios.

Los únicos países en el mundo que se espera que tengan fronteras abiertas son en los que viven muchos blancos. Mientras a los países donde no viven blancos se les permite tener fronteras y se les permite patrullarlas expulsando a los inmigrantes ilegales.

Estamos expuestos a los designios de una pandilla de psicópatas.

Nuestros gobernantes, movidos quizá por las mismas fuerzas oscuras que mueven los hilos del Papa no cejan en su empeño de aniquilar hasta el último de nosotros.

Cada día podéis leer escalofriantes noticias en los medios sobre puñaladas y anónimos carniceros de los cuales siempre se «desconoce su nacionalidad». Si a esto sumamos las leyes fronterizas y la eliminación de ayudas a la maternidad y a las familias autóctonas claramente podemos observar que se trata de un genocidio en toda regla, pero aquellos que lo promueven y financian tratan de convencernos de que no es un genocidio como tal.

Nubes negras se ciernen sobre nuestra tierra, esperemos que Europa vaya despertando de su letargo.