Las influencers vendían una idílica experiencia de cooperación en Ghana, un pequeño país de África que la organización, Yes We Help, una sociedad limitada a que se hacía pasar por una ONG, mostraba como el lugar ideal en el que desarrollar un voluntariado en un entorno seguro y controlado bajo su tutela. Sin embargo, la realidad era muy distinta y el centenar de jóvenes (decenas de ellos menores de edad y entre las que se encontraba Tana Rivera, hija de Francisco Rivera), que acudieron movidos por la solidaridad a la llamada de Instagram se encontraron totalmente solos, desamparados, desatendidos y expuestos a toda clase de peligros mientras el supuesto responsable se lavaba las manos: «Yo no soy vuestro responsable».
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Nota DN: españolas blanquitas totalmente desprotegidas acudiendo a fiestas en un país del África negra profunda junto a tiarrones africanos autóctonos con la testosterona por las nubes y acostumbrados a cometer abusos sexuales de todo tipo ¿qué podría salir mal?
Es surrealista leer la noticia ya que se comprueba hasta qué punto el «progresismo» está convirtiendo a la población española (en especial a la juventud) en borregos que se meten ellos solos en la boca del lobo para que éste los devore. Más allá de la estafa de esta ONG (como de tantas otras, ya que en muchos casos son negocios millonarios disfrazados de «solidaridad») nos llama la atención el comportamiento de estas jovencitas españolas.
Es alucinante escuchar las declaraciones de estas chicas.
«Entiendo que allí tienen otra cultura pero a nosotras nos tienen que respetar», incide la adolescente. «Sin embargo, se pasaban mucho: nos tocaban, nos agarraban, nos acosaban…», explica.
«Entonces», prosigue, «me fui un momento al baño yo sola y al salir había cinco hombres agarrándome. Cuando conseguí zafarme nos fuimos a otra parte de la fiesta pero vinieron detrás muchos chicos locales».
«Al principio todo iba bien y eran majos pero empezaron a meter mano a mis amigas. Nosotras les decíamos que parasen pero seguían», prosigue. Sin embargo, las cosas se torcieron rápidamente: «a una amiga un tipo la arrastró a empujones a una esquina y la empezó a manosear. Ella se puso nerviosa pero le pegó y consiguió salir corriendo mientras lloraba», asegura.
Ella iba con otras personas, pero se había rezagado jugando con unos niños pequeños y se había alejado de su grupo. Entonces, «apareció un grupo de chicos de entre 8 y 16 años. Al principio se mostraron amistosos pero luego empezaron a meterme mano y a hacer gestos obscenos. Gritando, llorando y pegándoles conseguí meterme en la residencia. Al llegar lo comenté con otras compañeras y me comentaron que a ellas les había pasado lo mismo«.
Esto es solo una muestra de los continuos comportamientos irresponsables que todas estas chicas tuvieron en Ghana durante su estancia allí. Si ninguna de ellas ha acabado violada y tirada en una cuneta ha sido de auténtico milagro ¿cómo es posible?¿qué tipo de mensajes se les está enviando a las jóvenes españolas a través del sistema educativo y de los medios de comunicación para que se comporten de esta manera tan imprudente? y los padres ¿cómo les dejaron ir? «entiendo que tienen otra cultura pero a nosotras nos tienen que respetar» decía una de estas ingenuas chicas, totalmente abducida por el pensamiento progre-buenista-suicida que les inyectan en España. Si todas las historias sobre agresiones sexuales multiculturales contra chicas europeas que se están cometiendo por toda Europa no fueran sistemáticamente ocultadas por la prensa ¿estas jóvenes habrían ido igualmente a Ghana o se lo habrían pensado dos veces?
Solo nos queda esperar que hayan aprendido la lección y que empiecen a despertar del matrix multicultural, que hayan aprendido de verdad lo que es una sociedad «machista y patriarcal» y no ese paraíso para las mujeres que es España. Y nos hacemos una última pregunta: de las decenas de miles de inmigrantes africanos que los políticos están soltando por nuestras calles ¿cuántos tendrán el mismo comportamiento con las menores de edad españolas en cuanto tengan la oportunidad?
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Nosotros tratamos a pan y cuchillo la inmigración ilegal y ellos no tienen tantos miramientos con nosotros como nosotros tenemos con ellos. Mucha gente es muy solidaria con la gente de países lejanos pero a su vecino pasa de él y ni le da los buenos días. Comparto el mensaje de esta página web «Los españoles primero» porque si quieren hacer voluntariado los jóvenes, aquí tienen muchas misiones por hacer antes que irse a ser solidario con el que está lejos primero es preferible ser con el que conoce de toda la vida.