Comencemos a llamar a las cosas por su nombre. Quien entra en un país, legalmente o no, no es un migrante. Porque ni se trata de un ave migratoria que sigue el ritmo de las estaciones, ni migra continuamente de un lugar a otro. Las personas que cruzan las fronteras son emigrantes desde su país de origen y son inmigrantes en el país adonde van. Si además entran ilegalmente, es decir sin respetar las reglas establecidas para la entrada o el afincamiento de extranjeros, no son solamente (por definición) inmigrantes ilegales sino, además y sobre todo, invasores e intrusos como es un intruso cualquiera que entre en casa mía sin ser invitado.

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Max Romano