Lo han vuelto a hacer. Ya avisamos de que los que mandan intentarían destruir al nuevo gobierno italiano de todas las formas posibles. Pronosticamos ataques contra la prima de riesgo italiana (que se han producido) o atentados de falsa bandera (el extraño accidente de tren de hace una semana podría ser el caso). Pero la solución ha sido más sencilla. La Constitución italiana permite al presidente de la república del país bloquear los nombramientos propuestos por el gobierno. Y eso es lo que ha hecho el presidente de Italia, Sergio Mattarella.
Mattarella ha vetado al Ministro de Economía que había propuesto la coalición de gobierno formada por La Liga y el Movimiento 5 Estrellas. El Ministro iba a ser Paolo Savona, economista que cuestionaba la permanencia de Italia en el euro. Este veto ha llevado al que tenía que ser el primer Ministro italiano, Giussepe Conte, a presentar su dimisión. «Han decidido las agencias de calificación» ha dicho Di Maio, líder del Movimiento 5 Estrellas, que ha añadido que «lo importante no es Savona, lo importante es saber si Italia es o no es soberana».
No contento con el veto, que puede condenar a Italia a unas nuevas elecciones, el Presidente ha convocado al economista Carlo Cottarelli, ex directivo del FMI, con el objetivo de formar un «gobierno de técnicos» (es decir, de lacayos de la UE, del FMI y de la banca)
La UE ha sido un golpe de Estado encubierto desde el principio. Ya lo dejó claro uno de sus fundadores, cuando dijo «la UE es el proyecto de crear un Estado supranacional sin que los europeos entiendan lo que está pasando». Claramente anunciaba la creación de una UE sin tener en cuenta la opinión de los europeos y sin explicarles los auténticos fines que perseguía esa unión.
Dos buenas pruebas de ello fue la creación del euro (sin consultárselo a nadie) y la aprobación de la Constitución Europea en el año 2005. Francia y Holanda hicieron consultas en las que sus poblaciones rechazaron la Constitución, lo que la invalidaba ¿Qué hizo la UE? Ignorar las votaciones y reuniendo a sus capos en el año 2009 para aprobar la Constitución con otro nombre: el Tratado de Lisboa.
Pero fue tras la crisis de 2008 cuando empezaron los golpes de Estado cada vez menos encubiertos de la UE. En 2011 los Primeros Ministros de Italia y de Grecia fueron expulsados de sus puestos para ser sustituidos por dos ex-economistas de Goldman Sachs, Mario Monti y Lucas Papademos. Da la casualidad que el presidente del Banco Central Europeo era otro ex-Goldman Sachs, Mario Draghi. La táctica siempre es la misma. Cada vez que un gobierno se niega a recibir órdenes e incluso plantea la salida del euro de su país, los «mercados» (es decir, un puñado de bancos y fondos de inversión privados compinchados con el BCE) disparan su prima de riesgo y, por lo tanto, su deuda, lo que acaba forzando al gobernante rebelde a resignarse y dimitir.
En Grecia se repitió la historia más tarde. Allí, el Primer Ministro Tsipras incluso hizo una consulta para peguntarle a los griegos si tenían que aceptar la agenda de la UE y del BCE o si tenían que seguir su propia agenda. Los griegos votaron por la segunda opción pero, tras las amenazas correspondientes, Tsipras dio marcha atrás y se puso a las órdenes de la UE. En Austria, en el año 2016 había elecciones presidenciales, siendo el candidato nacionalista del partido anti-UE FPO, Hoffer, el favorito para ganarlas. Hizo falta una coalición del resto de partidos partidarios de la UE (liberales, socialistas, comunistas…) para que Hoffer perdiera. Toda la cúpula de la UE hizo campaña descarada para que Hoffer perdiera. Aún así, luego se descubrieron multitud de amaños electorales que forzaron nuevas elecciones y, a la segunda, ganó el candidato «correcto».
Esto no puede seguir así. La UE es una dictadura encubierta que pasa por encima de la voluntad popular cada vez que ésta vota en contra de lo que quiere la UE. No solo intervienen en los procesos electorales, sino que están forzando a los europeos a aceptar una ingeniería social que éstos rechazan y que les está llevando a la extinción como pueblos y como civilización. Italia debe salirse de la UE y del euro de inmediato y el resto de países hemos de hacer lo mismos antes de que sea demasiado tarde.
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Llegará el día en que el lobby ilegalice a todos los partidos alternativos, y ese día no nos quedará otra opción que apartarnos a contemplar cómo los ignorantes sufren las consecuencias. La «sarna con gusto» va a ser la epidemia del futuro. Cuando veo que un pensionista no llega a fin de mes, las listas de espera en la sanidad superan los seis meses, los jornaleros andaluces han visto reducido su salario a cuatro euros la hora, siento lástima, pero también siento que los españoles tenemos lo que votamos. Si queremos izquierdas, falsa derecha y partidos centroliberales, no podemos quejarnos de estar como estamos.
Mientras que la gente continúe votando lo que vota lógicamente el problema nunca se solucionará. Es cierto que los medios silencian a partidos de corte identitario que pueden ser una seria alternativa a este nefasto sistema, obviamente lo hacen para que la población no se entere de que existen. Pero si la gente pensara un poco más por lo menos deberían de dejar de votar, de colaborar con sus más directos enemigos, una gran mayoría debería de hacerlo.
Con el tema de la UE pues ocurre lo mismo, han adoctrinado tanto a la población que una inmensa mayoría de la población ve inviable salir de semejante engendro mundialista, piensan que sería mucho peor, piensan que sería salir de Europa. Obviamente opinan así porque no se paran a analizar los acontecimientos de todo índole que maneja la nefasta U.E., es muy difícil convencerlos, aunque leyeran una entrada como esta, explicándolo de forma breve pero bien clara.
Ante la gravedad de lo sucedido se hace necesaria en mi opinión una movilización en las calles hasta obligarles a respetar lo votado. Si los patriotas italianos no reacionan a esto harán lo que quieran no solo con Italia sino con Europa. Paremos el golpe: Desobediencia civil.
Al parecer ya hay movilizaciones en las calles italianas, sobre todo de seguidores del Movimiento 5 Estrellas, porque ya están oliendo el tufo del mundialismo detrás de este asunto.