Radikales, secesionistas, la amenaza del terrorismo yihadista y de un frente popular han sumido a nuestra Patria en una noche amenazadora, donde el sol de nuestra Historia se pone para un pueblo adormecido
Como decía Neruda, «Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”».
Es el crepúsculo, el crepúsculo de los dioses hispanos, el ocaso de una Patria sumida ya en la noche de Neruda: «La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos». Se ha puesto el sol, y en la noche caminamos.
Es un ocaso decorado con nubes deshilachadas rojas, rojas antiguamente de sangre de patriotas que dieron su vida por defender España… pero ya no somos los mismos, y en ese rojo va la barbarie de la horda bolchevique que ha entrado en nuestros pueblos como una banda de cuatreros en «OK Corral», amedrentando con su matonismo a sus pusilánimes habitantes.
Se está poniendo el sol, detrás de Monte Pelado, la montaña de los aquelarres donde rojos demonios hacen sus danzas macabras, mientras hacen sus «poltergeists» abrumadores en televisiones poseídas, arrojando desde sus palestras mediáticas blasfemias negras, proclamas incendiarias, promesas populistas…
Se está poniendo el sol, una noche de morado satén se anuncia por el Monte de las Ánimas, donde la chusma leninista exhuma cadáveres de una guerra que sucedió hace 80 años, para llenar nuestra Patria con su bestiario, en venganza por la guerra perdida; donde los podemitas alzan el puño mientras resucitan fantasmas al grito de: «¡Chávez vive: la guerra sigue!».
Y viene la noche, noche de cristales rotos, de vidrieras hechas pedazos por el gorilato rojo de asaltacapillas y quemaconventos… Y se rompen las copas de la madrugada por el griterío de los escuadrones que recorren nuestras calles, donde las «Femen» van de la mano con ritas, zapatas, kichis, urbanes, colaus y monederos.
Noche de cuchillos largos, donde la luna brilla en las hoces y los martillos… hoces con las que los talibanes rojos quieren segar los valores tradicionales que han conformado nuestra historia; martillos con los que derribar los muros de la Patria mía… Cuchillos para sus purgas contra pijos, señoritos, toreros, banqueros, católicos, derechosos, gente con corbata…
Se está poniendo el sol, y viene la noche, noche toledana donde los «Willies» cubanitos se desencadenan esplendorosamente; en cuya nocturnidad las meonas defecan en las calles; donde las hordas surgidas de los antros leninistas quieren desmembrar en sus tugurios nuestra Patria, degollando las autonomías una a una con sus proclamas del derecho de autodeterminación.
Es el ocaso, y se anuncia la noche del cazador, donde un predicador coletudo surgido del inframundo leninista quiere ser amigo de los niños, de la gente de a pie, llevando escrita en una mano aquello del rescate social, mientras en la otra lleva tatuada la palabra «destrucción».
El sol se pone, y llega la siniestra «Noche de Walpurgis», donde brujos y brujas cazan incautos e ignorantes, subidos en sus rayos catódicos, ominosamente presentes en tertulias brujeriles, en cotarros luciferinos desde los que lanzan sus vudús, desde los que un melenudo nos quiere vender crecepelos y ungüentos viriles, tierras prometidas, vidas regaladas, mundos heidianos gratuitos.
Y en esta «black Spain» es ya la noche del Armageddon, noche donde vienen tocando el tambor del llano los negros jinetes apocalípticos de los radikales, secesionistas, y yihadistas. Y España lejana y sola, yerma, abandonada como una novia en altar de la Historia.
Noche «black» de bacanales en patios okupas y antros universitarios, donde el humo de los alcaloides dibuja en el aire extrañas calaveras, machos cabríos, el duro rostro de Lenin y Chávez, Guevara y Pol Pot.
Noche de mortífagos, de vampiros ansiosos de sangre azul, de zombies guerracivilistas, de aliens devorapatriotas, de ghostfaces antiespañoles que asaltan desmelenados las calles, los ayuntamientos, las televisiones, las redes sociales… que encabritados y envalentonados acogotan a todo un pueblo sin pulso ni gallardía, refugiado en terrazas cerveceras, en telebasuras sin cuento, en futbolerías alienadoras… que tiembla esperando que pase la tormenta roja, el tifón al que llaman «Black Spain».
Porque nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Se ha puesto el sol, y en la noche caminamos. Y podría escribir: «La noche está estrellada, y tiritan, adormecidos, los españoles, a lo lejos».
Querida Cristina…tu artículo debería ser enmarcado en un cuadro que todo patriota tuviera en su hogar…
No te quedas corta en tu análisis…todo esto se va al carajo. Aquelarres rojos van marcando líneas rojas ante las cuales cualquier hijo de vecino debería detenerse y meditar…: Me estoy dando cuenta de que mi País está siendo destruido como nunca antes sucedió…?
Aunque quizás me equivoque. En los 36 y pasó lo mismo. La diferencia con aquellos tiempos es que hoy día no hay una fuerza de derechas lo suficientemente fuerte y concienciada para neutralizar a la barbarie roja…
Y, por supuesto, no hay fuerza militar ni de Guardia Civil que tenga las cosas claras. Te lo digo yo, que siempre fui de izquierdas y actualmente, no me cabe duda, DN es la única esperanza, porque esá conectada con grupos patriotas europeos. Dios quiera que nuestro remanente salga victorioso. Estamos en ello.
Todo por mi Patria.
José.
¿Y para qué quiere una fuerza de derechas?, si ya hay partidos de «derechas»(Aunque sean liberales) y son iguales que la izquierda, están destruyendo a España por igual, aunque sea de forma más disimulada, todos siguen las consignas del NOM.
Para salvar a este país hay que pasar por encima de esa nefasta y demagógica división llamada izquierda-derecha que es la causante de la actual situación.
Agradecerle el comentario, pero este artículo es de Laureano Benítez, un amigo que nos envía estos acertados escritos.
Un saludo.
Jose, el autor del artículo soy yo, Laureano Benítez. Y si, también yo fui de izquierdas, y ahora estoy luchando por mi Patria desde lo más a la derecha que pudo estar.
Cada dia que pasa se me hace mas dificil entender por que se discrimina y persigue a los españoles,que orgullosos de serlo,defienden a españa y sus ciudadanos de los tiempos que nos han tocado vivir,…..tristeza !!!, creo que es la palabra que mas se acerca a mi sentir…tristeza de ver como cada dia se hunde mas la bandera de nuestro pais…..tristeza de ver como dia tras dia nuestros propios hermanos se vuelven y giran sus rostros, mientras siguen y siguen robandonos derechos y marcandonos con una cruz x ser españoles de puro corazon ….por dios!! acaso es que no somos todos españoles?¿?¿’,….acaso ser español de corazon es peor que ser extranjero en este pais?¿?¿?y nosotros somos los racistas?¿?¿…no entiendo nada de verdad,yo solo quiero que se respete por encima de todo a los españoles y sus derechos.
Cada dia veo como los españoles somos relegados a un segundo plano,mientras extranjeros son colmados de ayudas y facilidades para poder vivir,cada vez mas españoles se encuentran en peligro de pobreza y en la calle con sus familias,personas que han luchado toda su vida para poder vivir dignamente,pero que de un tiempo a esta parte han visto como sus puestos de trabajo han sido acupados por mano de obra extranjera y nadie hace nada para ayudarlos,esto de verdad es una cosa que nunca llegare a entender…..que un pais deje que sus ciudadanos sean discriminados,marginados y acallados,que cada vez que queramos alzar nuestra voz,para decir……»»Señores que estamos aqui y esto que estan permitiendo no esta bien»»seamos perseguidos hasta ser silenciados,una verdadera lastima amigos,una verdadera lastima.
Esto ocurre porque la sociedad de este país se tambalea porque ya no tiene resortes morales. El humanismo cristiano se sustituyó por lo que «uno es lo que siente» para así manipular a la gente, para que la gente haga a la medida de su capricho y luego papá Estado, con el dinero de todos, me lo resuelta y créeme, pedir a mucha gente que tengan un comportamiento responsable, es pedir un imposible.