Un cúmulo de circunstancias que ha servido para que este jueves el banco de inversiones Goldman Sachs haya publicado un análisis en el que advierte de que la segunda nación más endeudada de la zona del euro podría tener que enfrentarse a un cambio estructural. El problema del que ahora alerta Goldman es que en un futuro cercano la deuda italiana se arriesga a no tener comprador A la debilidad de los bancos italianos, se une que ahora están bajo el mando de una autoridad internacional, el BCE, que esta en plena evaluación financiera de sus test de estrés. Esto podría implicar que se les reclame una mayor diversificación de riesgos.
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Nota de DN: Poco ha tardado la finanza internacional en amenazar al nuevo gobierno italiano, un gobierno que no es del agrado de dichas finanzas, pues está teniendo la mala idea de poner los intereses de los italianos por encima de los intereses de los globalistas. Un gobierno que está decidido a proteger sus fronteras, su economía y sus ciudadanos. Una actitud Nacionalista que puede derivar en un nacionalismo económico que acabe echando a patadas de Italia a los Goldman Sachs de turno. Por eso, antes de que eso ocurra, hay que demostrarle a los italianos quién manda aquí.
Ya hubo un intento de golpe de Estado en Italia por parte de la cúpula de la UE cuando se estaba formando el nuevo gobierno italiano. Después, hemos vivido los ¿accidentes? de Bolonia y Génova y ahora los financieros de Goldman Sachs recuerdan que Italia puede tener dificultades «para encontrar compradores de su deuda». Es decir, le amenazan con no prestarle más dinero provocando el colapso de su economía. Goldman Sachs es uno de los bancos de inversión más poderosos del mundo y uno de los poderes en la sombra (junto a Soros) de la UE. Mario Draghi, presidente del BCE, es un Goldman Sachs, como lo eran los hombres de paja que la UE puso a gobernar Italia y en Grecia durante la crisis. Los italianos no deben dejarse intimidar. Al revés, deben reconocer que no tienen por qué pedirle prestado dinero a nadie. Como pueblo soberano, han de poder imprimir su propia moneda sin tener que acudir a los Goldman Sachs de turno. Y el resto de Europa debe hacer lo mismo. Es la única forma de que nos podamos librar de las garras de la usura internacional y de su dinero-deuda.
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