Otro año más, los separatistas catalanes, con ese aire de superioridad tan cansino que suelen emplear, han declarado que no piensan celebrar el 12 de octubre. Los portavoces de Convergencia, de Esquerra, de Compromís…declaran que la fiesta es «franquista» (aunque su primera celebración fue en 1911 en Barcelona), «vieja y desfasada» y que recuerda el genocidio de los indígenas, etc, etc. También la filo-separatista Ada Colau usó argumentos parecidos el año pasado. No digamos los batasunos de las CUP, que directamente piden retirar la estatua de Colón en Barcelona y sustituirla por un monumento de «homenaje a los pueblos indígenas». Los separatistas catalanes, ya se sabe, siempre tan sensibles a las injusticias y a los «genocidios culturales» por parte de España.
Pero no todo es lo que parece. Todos sabemos que el rey Jaime I de Aragón es uno de los principales referentes del separatismo catalán. Para ellos, este rey «catalán» conquistó en el siglo XIII las Islas Baleares y el Reino de Valencia, incorporando esos territorios a la «catalanidad». Pero ¿cómo fueron esas conquistas? primero fue la de Baleares. En otoño de 1229, las tropas de Jaime I asediaron Mallorca, musulmana por aquel entonces. Los musulmanes retenían a cristianos como rehenes. La respuesta de Jaime I fue cortarle la cabeza a 400 musulmanes y catapultarlas dentro de la ciudad a modo de aviso. Finalmente, el 31 de diciembre de 1229 la ciudad fue tomada, incendiada y toda la población directamente masacrada. Cuentan las crónicas que la matanza fue tan grande que miles de cadáveres no pudieron ser enterrados, por lo que poco después las tropas cristianas resultaron diezmadas por una epidemia de peste producida por la putrefacción de los cuerpos. Según la crónica de Jaime I, (exagerada seguramente), resultaron muertos 20.000 musulmanes, mientras otros 30.000 abandonaron la ciudad. Muchos otros huyeron a las montañas, pero finalmente fueron capturados por los cristianos y muchos convertidos en esclavos.
Hoy en día, la fecha del 31 de diciembre se celebra en Mallorca como La Fiesta del Estandarte y, por supuesto, todos los años acude a dicha celebración un buen número de separatistas catalanes, incluido Joan Tardá, de ERC, el mismo que tanto reniega del «genocidio indígena americano», pero al que, por lo visto, le gusta celebrar el genocidio musulmán de Mallorca (Palma celebra la Fiesta del Estandarte sin la tensión de los últimos años)
De la misma forma, otra fiesta que los separatistas catalanes nunca se pierden es la del 9 de octubre, fiesta regional valenciana en la que se recuerda la toma de Valencia por las tropas de Jaime I el 9 de octubre de 1238. La toma de Valencia no fue tan violenta como la de Mallorca, pero también tuvo su dosis de sangre. Es cierto que, en un principio, Jaime I pacta con la población musulmana local que puedan seguir viviendo en sus casas y practicando su religión, pero poco duró la «tolerancia multicultural». Tras una revuelta musulmana, y tras ver que la fidelidad que algunos musulmanes le habían prometido no era tal, el 6 de enero de 1248, desde la misma catedral de Valencia, Jaime I decretó la expulsión de todos los musulmanes del Reino, con estas palabras:»En verdad que mucho nos place, pues el único motivo por el que no arrojábamos a los sarracenos del país era sólo porque así se lo habíamos prometido en los tratados; más ya que dan motivo para que de él los saquemos, a Dios ha de placer y a Nos muchísimo que allí donde tan latamente es pronunciado e invocado el nombre de Mahoma sea desde hoy solamente proclamado el de Jesucristo»
La orden no se pudo ejecutar en su totalidad y siguió habiendo musulmanes en Valencia hasta 1609, pero miles y miles de musulmanes fueron expulsados de sus casas, exiliados o forzados a marcharse. En algunos casos hubo expulsiones colectivas de los vecinos musulmanes, como les ocurrió a gran parte de la zona norte de Castellón, de Sagunto, Onda o Jàtiva, además de gran parte de la comarca de l’Horta Nord. En la misma Valencia capital hubo muchos musulmanes deportados y sus casas y tierras entregadas a colonos cristianos.
A grandes rasgos, siguiendo el mismo razonamiento que los separatistas catalanes hacen con el 12 de octubre, esto es lo que ellos celebran cada 31 de diciembre y cada 9 de octubre: la masacre y la deportación en masa de decenas de miles de musulmanes. Y teniendo en cuenta que, para el separatismo catalán, ambos sucesos, las conquistas de Mallorca y de Valencia, fueron llevadas a cabo por catalanes, les preguntamos ¿por qué no hay «nada que celebrar» y es tan horrible la conquista española de América y en cambio se puede celebrar como si nada las conquistas de Mallorca y Valencia? Alguien podrá argumentar que los musulmanes estaban siendo expulsados de territorios de los que ellos previamente habían expulsado a hispanos cristianos, pero hay que tener en cuenta que los separatistas catalanes más críticos con el 12 de octubre son anticristianos, pro-musulmanes y defensores del multiculturalismo, así que ese es un argumento que precisamente ellos no pueden defender. Además, que en América los indígenas no eran un todo homogéneo que vivía en un paraíso de paz sino que el terrorífico Imperio Azteca tenía sometidas a infinidad de tribus cuyos miembros eran víctimas de miles de sacrificios humanos cada año.
Igual podría hablarse del doble rasero separatista con la celebración de la Toma de Granada. Se pueden establecer semejanzas entre la conquista de Granada y la de Valencia. En ambas hubo una entrega pactada de la ciudad y en ambas se permitió en un principio la presencia musulmana. Pero poco a poco esa posición inicial fue cambiando hacia una mayor hostilidad entre cristianos y musulmanes que acabó con el tiempo con la marcha de éstos últimos. Entonces ¿por qué es mala la toma de Granada y es buena la de Valencia? esperamos respuesta de los separatistas.
Quizá algún separatista, al conocer estos datos, reniegue del islamófobo y racista Jaime I de Aragón y deje de reivindicar la conquista de Valencia y Mallorca. Un Rey Jaime que si se levantara de la tumba pasaría a cuchillo a todos los separatistas catalanistas por inundar la antigua Corona de Aragón de «sarracenos». Desde luego, en DN no vamos a renegar del Rey Jaime. Mientras sea legal (pronto las «leyes contra el odio» lo prohibirán) seguiremos homenajeando a Jaime I, uno de los principales reyes de la historia de España, gracias al cual hoy, todavía, Valencia, Mallorca y toda España son territorios españoles, cristianos y occidentales.
A parte de hipocresía es manipulación histórica, el rey Jaime I de Aragón, nació en el señorío de Montpellier, que era uno de los territorios del sur de Francia que perteneció al reino de Aragón. Por otro lado lo que hizo dicho rey fue una reconquista, hay que ser muy retorcido para afirmar que hizo una conquista, lo que hizo fue expulsar al invasor musulmán, tanto en las Baleares como en lo que es hoy la comunidad valenciana, creando posteriormente los reinos de Mallorca y el de Valencia, también ayudó a la corona de Castilla a reconquistar Murcia, ahí acabó la reconquista del rey aragonés. Posteriormente lo que llevó a cabo fue repoblar dichos territorios con gentes de Aragón y de los condados llamados «catalanes»(Que todavía pertenecían al reino franco, hasta 1258) de habla castellana y catalana, por eso se hablan ambos idiomas en dichos territorios, esto fue lo que ocurrió. Por eso es demencial lo que estos manipuladores hacen con la historia, enseñando el mapa de Cataluña junto con la comunidad valenciana y las Baleares, que no es otra cosa de lo que fue una parte de la corona de Aragón y tienen tanta cara de llamarlo «Països catalans», es patético.
Muy bueno el artículo. Yo soy aragonesa, y como ya habréis notado, cristiana hasta la médula. Me gustaría compartiros un artículo de un historiador Inglés que me ha encantado, pues adoro a España y su historia, y todo lo que ha hecho por el resto del mundo. Y al margen de las leyendas negras que padecemos, es de agradecer que desde fuera de España nos lo reconozcan. Ahí va :
*El historiador Joseph Pearce: ‘España salvó el alma cristiana de Europa*’
“La historia de Europa y del mundo podría haber sido muy distinta si los cristianos no hubiesen ganado la guerra en España”. En su último artículo ‘Por qué debemos venerar a España‘, el historiador destaca el papel jugado por nuestro país a lo largo de la historia.
‘Por qué debemos venerar a España‘ es el último artículo escrito por el historiador Joseph Pearce en la revista The Imaginative Conservative. El biógrafo de importantes escritores católicos del silo XX como G.K Chesterton, Oscar Wilde o Tolkien, destaca el papel jugado por España a lo largo de la historia para salvar la identidad cristiana de Europa.
El artículo, recogido en nuestro país porReligión en Libertad, recuerda los “sacrificios” que hizo España en la Reconquista y en la Guerra Civil para luchar en contra de la amenaza islámica y la comunista, que buscaban acabar con cualquier vestigio cristiano. De la mano del poeta Roy Campbell y del escritor Hilaire Belloc, Joseph Pearce ensalza el papel de nuestro país, “bastión y fortaleza de la Cristiandad”.
“La historia de Europa y del mundo podría haber sido muy distinta si los cristianos no hubiesen ganado la guerra en España”. El Apóstol Santiago, Santa Teresa de Ávila, San Ignacio de Loyola o San Juan de la Cruz, fueron, según el historiador, personajes claves que ayudaron a salvar nuestra identidad cristiana.
Asimismo, Pearce explica que “en una época en la que el fundamentalismo laicista y el fundamentalismo islámico se alzan de nuevo, el ejemplo de la España cristiana puede servir como inspiración oportuna y eterna”.
“España es la nación a la que todos debemos algo porque, por medio de las gracias abundantes que se le dieron, salvó el alma cristiana de Europa. ¡Viva Cristo Rey!”, concluye Pearce en su último artículo.
A continuación, el texto íntegro de Joseph Pearce:
*POR QUÉ DEBEMOS VENERAR A ESPAÑA*
El poeta Roy Campbell declaró que España era “un país al que se lo debo todo, porque salvó mi alma”. Recibido en la Iglesia católica en 1935 (en Altea, una pequeña ciudad en Alicante), solo un año antes del estallido de la Guerra Civil española, la recepción de Campbell en la Iglesia fue como un bautismo de fuego. El párroco que le recibió en la Iglesia sería asesinado por milicianos comunistas y los monjes carmelitas con quienes Campbell y su esposa habían hecho amistad en Toledo acabarían también fusilados a sangre fría. Considerando las acciones diabólicas de los comunistas y los anarquistas, no es sorprendente que Campbell apoyase ostentosamente el alzamiento nacional en España que terminaría poniendo fin al progromanticristiano.
Campbell vio la Guerra Civil española como una cruzada contra las fuerzas del mal, una guerra en la que los cristianos habían tomado las armas para proteger a la Santa Madre Iglesia de los ataques del Gran Hermano. Lo cierto es que la historia de Europa y del mundo podría haber sido muy distinta si los cristianos no hubiesen ganado la guerra en España. Si España hubiese quedado como un país comunista, habría constituido una avanzadilla soviética estratégicamente crucial en el corazón de Europa Occidental. El telón de acero que cruzó la Europa central también se habría trazado a través de los Pirineos.
Posiblemente, pues, los cristianos de España hayan salvado a Europa del infiel en la Guerra Civil como salvaron a Europa del infiel islámico ochocientos años antes. Ésta era la opinión de Hilaire Belloc, quien al escuchar la noticia de la victoria nacional en España declaró que el general Franco era “el hombre que nos había salvado a todos”.
Hoy, en una época en la que el fundamentalismo laicista y el fundamentalismo islámico se alzan de nuevo, el ejemplo de la España cristiana puede servir como inspiración oportuna y eterna. Desde el liderazgo del Cid contra los musulmanes al liderazgo del Generalísimo contra los comunistas, España ha sido un bastión y una fortaleza de la Cristiandad contra sus enemigos. También nos recuerda que la porción de la Iglesia en la que nos encontramos, la parte exiliada en el Tiempo, es la Iglesia Militante, la Iglesia en guerra con el Príncipe de este mundo y su legión de discípulos.
Con ese espíritu militante Dios concedió a España una multitud de santos guerreros que se ofrecieron en sacrificio a Cristo y a su Iglesia, desde la legendaria visión del Apóstol Santiago conduciendo a los cristianos en la batalla durante la Reconquista [en español en el original, n.n.] hasta los santos mártires asesinados por los fundamentalistas laicistas en la Guerra Civil.
Entre medias de su crucial papel salvador de Europa del islam y del comunismo, España tuvo también una importancia capital en la Contrarreforma. No pueden concebirse las glorias de la Contrarreforma sin pensar en Santa Teresa de Ávila o San Juan de la Cruz, o sin pagar el obligado tributo de respeto y homenaje a San Ignacio de Loyola, el santo guerrero que fundó los jesuitas. En tiempos mucho más recientes, San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, ha fortalecido a la Iglesia en todo el mundo, impulsando a los laicos a evangelizar la cultura secular en su vida diaria.
Hoy España sufre de nuevo el yugo de un renacido fundamentalismo laicista. ¡Que así sea! Siempre ha sido así. Las fuerzas del mal siempre regresan, como un hongo, para alimentarse del tejido carcomido del mundo. Como nos recuerda JRR Tolkien, la historia es una Larga Derrota sólo con destellos ocasionales de la Victoria Final. A lo largo de los siglos, España ha hecho más que ninguna otra nación para luchar contra la Larga Derrota y, en su heroísmo, nos ha mostrado muchos breves destellos de la Victoria Final.
Todos los cristianos comparten la deuda de Roy Campbell con España. Es la nación a la que todos debemos algo porque, por medio de las gracias abundantes que se le dieron, salvó el alma cristiana de Europa.¡Viva Cristo Rey!
http://infovaticana.com/2016/10/13/historiador-joseph-pearce-espana-salvo-alma-cristiana-europa/