Parece que volvemos a los años previos al estallido de la crisis en el año 2007. Entonces una parte de la clase empresarial también se quejaba de que “los españoles tienen pocas ganas de trabajar” y que “necesitamos inmigrantes para que trabajen donde los españoles no quieren”. El insulto constante al trabajador español les salía gratis pues contaban con la complicidad de aquellos que, se supone, deberían haber salido en defensa del trabajador: los sindicatos y los partidos de izquierda.
Durante la crisis este tipo de queja desapareció pues el exceso de parados y de inmigrantes forzó a la gente a tener que aceptar salarios y condiciones laborales peores. Pero ahora que, según se nos dice, hemos salido de la crisis, parece que volvemos a las andadas. En parte del levante español, de nuevo nos encontramos con los lloriqueos de algunos empresarios de la hostelería que vuelven a asegurar que “la gente tiene pocas ganas de trabajar” y que el trabajador que contratan aguanta poco tiempo trabajando en la hostelería. Algún trabajador incluso hasta se atreve (gran pecado) a preguntar el salario que va a cobrar ¿cómo se atreven? Hasta ahí podríamos llegar. Les ha faltado decir que estos trabajadores deberían ofrecerse a trabajar gratis los primeros seis meses. Eso sí que sería un trabajador modelo.
Luego miramos la letra pequeña y entendemos mejor lo que pasa. Según los sindicatos, el sueldo medio del trabajador en el sector es de 707 euros al mes. Una auténtica miseria. Hay casos en los que se hacían jornadas de hasta 12 horas cobrando 600 euros al mes. Está cada vez más extendida la práctica de hacer un contrato de media jornada pero en el que en realidad se trabaja a jornada completa, aunque sólo se cotiza por media.
Con estas condiciones laborales ¿de qué se quejan? si no encuentran trabajadores, siguiendo las normas del libre mercado, deben subir los salarios hasta que los encuentren. Con un 20% de paro total y casi un 50% de paro juvenil no les debería faltar gente. Pero claro, los mismos defensores del “libre mercado” se lo saltan siempre que les conviene y la trampa a la que vienen recurriendo desde hace casi ya 20 años es importar inmigrantes en masa, para mantener los salarios siempre bajos.
En los años 90, en el sector de la hostelería la inmensa mayoría de los trabajadores eran españoles. Las jornadas eran largas y duras, cierto, pero el salario compensaba. Además, era en pesetas, con lo que el poder adquisitivo era mayor. Hoy, veinte años después, el euro, la inmigración masiva y la globalización han hundido las condiciones laborales y salariales. Sin estos factores nunca habríamos llegado a esta situación y nunca se habría aprobado la última reforma laboral ¿qué joven se va a independizar y a formar una familia en estas condiciones?¿no se supone que estamos creciendo más que nadie en todo el mundo?¿pues a qué esperan para subir los salarios? por supuesto, al empresario se le debe ayudar también y la manera más eficaz de hacerlo es justamente subir los salarios, porque salario al alza es demanda al alza, bajarle los impuestos, recuperar nuestra soberanía monetaria pues parte de los impuestos que nos suben se dedican a pagar la deuda que sube sin parar precisamente porque no paramos de pedir prestado, hay que eliminar el gasto improductivo como el estado de las autonomías y, por supuesto, hay que reducir la inmigración masiva de baja calificación, para que nuestros salarios puedan subir, para forzar al gobierno y a las patronales a que fomenten la natalidad autóctona pues si tienen acceso fácil a mano de obra extranjera nunca se van a ver forzados a hacerlo y también para que el desastre del multiculturalismo y del terrorismo islámico no provoque en España lo que está provocando en otros lugares de Europa como en Francia: el derrumbe del turismo.
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Siempre he culpado de la crisis principalmente a los empresarios y al gobierno por permitirlo, ¿por qué? porque los sueldos debieron haber subido al mismo nivel que los precios de la vida, la vivienda, los alimentos, el combustible, pero no fue así y los empresarios tensaron la cuerda hasta romperla, ¿resultado? los consumidores no tienen dinero para vivir, mucho menos para consumir, ¿ahora qué? ¿a llorar? esto es lo que pasa cuando las universidades forman a los nuevos directivos, economistas y asesores para ganar mucho dinero en muy poco tiempo, que lo único que hacen es quebrar empresas y sectores que llevan más de 40 años funcionando. Lo que tengo muy claro es que no son los trabajadores quienes quiebran las empresas y no son los gobiernos de izquierdas los que más miran por el trabajador, la prueba es que con Zapatero yo he pagado el 17% de IRPF, la tasa más alta desde que trabajo y son ya más de 25 años.
Espero que España recupere el rumbo, gracias a DN por enseñarnos el camino.
los sindicatos es lo que denuncian muchas veces: El 20-40-60= 20 horas cotizadas, 40 horas pagadas y 60 trabajadas. No obstante, hay mucha gente que por necesidad accede a trabajar percibiendo el dinero en negro. Y el dinero que se percibe en negro te resta derechos en el desempleo y en la prestación futura de la pensión al no declararse. De todas maneras, si no hay más remedio que percibir dinero negro, (como en las propinas) recomendaría que no se gaste en gastos superfluos porque la economía está dando síntomas de desaceleración y la siguiente crisis está a la vuelta de la esquina con un paro estructural del 15% aproximadamente. Cada uno sabe lo que tiene en su casa aunque recomiendo ante todo responsabilidad.