El núcleo familiar se redefine en la realidad… y también en la ficción. Ya no nos valen los finales felices: divorcios, padres transexuales, drogas… Así es la familia televisiva de hoy.
Hay tantos tipos de familia como televisores en el mundo. Las hay reconstruidas, numerosas o monoparentales, ingenuamente felices o desastrosamente normales
La televisión ha servido, en el mejor de los casos, para desafiar la moral establecida, abriendo vías para la aceptación social de nuevos roles, modelos familiares y problemas cotidianos. Todo lo que desde entonces ha sido la norma, la certeza de que al final del episodio nos esperaba un happy end de los de toda la vida, se ha ido resquebrajando con el paso de los años
La familia afroamericana con aspiraciones de La hora de Bill Cosby o los problemas de clase obrera de Roseanne y su marido revelaban, entre otras muchas cosas, las injusticias cometidas por padres autoritarios. La idea del patriarca intachable acabó por irse definitivamente a pique con la llegada de Los Simpson.
Ya no hay certezas ni estereotipos que valgan. Lo desestructurado es la norma. Y está bien que así sea, porque la perfección, además de inalcanzable, es tremendamente aburrida.
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Cada vez se reconoce más abiertamente el papel fundamental que los medios de comunicación, en especial las televisiones, han tenido a la hora de fomentar una ingeniería social que transforme la sociedad de manera radical.
Desde la antigua Escuela de Frankfurt hasta las élites masónico-capitalistas de hoy, la destrucción de la familia llamada «tradicional» ha sido uno de los objetivos a seguir. No sólo ese, la agenda tenía más capítulos que llevar a cabo: el feminismo radical, la ideología de genero y sus leyes anti-familia, la doctrina LGTB, el antirracismo, el multiculturalismo, las fronteras abiertas, el mundialismo…las élites mundiales, desde los organismos que controlan: la ONU, la UE, la UNESCO llevan décadas imponiendo esta agenda y, por supuesto, iban a usar a sus televisiones para imponerla.
Han hecho todo lo posible para destruir las relaciones hombre-mujer, para mostrar a la familia como algo «machista», patriarcal y opresor de mujeres y niños por parte de un hombre autoritario y fascista, para fomentar «otras formas de familia», para promover el aborto en masa y para hundir la natalidad, algo normal pues la reducción de la población mundial es uno de los principales objetivos de estos sionistas globalistas y, puesto que es la población europea cristiana la que odian con más intensidad, es ahí por donde han empezado. Además, la familia, en especial aquella con fuertes valores tradicionales no «progresistas» es, junto con los Estados Nacionales soberanos, el principal muro con el que chocan estos globalistas, pues su objetivo es controlar la educación de las generaciones más jóvenes para inyectarle su veneno masónico-izquerdista y saben que unos padres con valores no «progresistas» nunca permitirán que nadie adoctrine a sus hijos.
Es por eso que las televisiones muestran cada vez más a familias rotas y desestructuradas. La familia tradicional de toda la vida es «aburrida» y por eso hay que ridiculizarla y destruirla en las series de televisión para hacerla más «divertida». La realidad es bastante más siniestra pues no se trata de que la serie haga más o menos gracia, sino de pulverizar el núcleo familiar. En España son series como «La que se avecina» las que más fomentan este lavado de cerebro anti-familia, aparte de imponer el resto de la agenda ideológica masónica. Los multimillonarios capitalistas que controlan las televisiones y las grandes empresas discográficas, de publicidad, de cine y de entretenimiento saben muy bien lo que quieren y lo están imponiendo sin que nos demos cuenta.
Aún así, merece la pena leer los comentarios de la noticia pues parece que cada vez más gente se está dando cuenta de lo que está pasando.
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Por España siempre, por nuestras raíces, por nuestras costumbres, por nuestros principios, por DIOS, por nuestra unidad y nuestra libertad. Que DIOS os proteja y que España despierte y se os vote masivamente.
Desde hace años la familia tradicional está siendo atacada sencillamente para eliminar habitantes en el planeta apareciendo nuevos modelos de familia cuyas asociaciones reciben cuantiosas cantidades de dinero público. El lobby más poderoso del mundo es el LGTBI y las televisiones y los políticos lo fomentan porque reciben mucho dinero de este grupo de presión y de paso para eliminar gente del planeta (cuanto menos seamos a más cabemos)y darse ellos mismos privilegios y pretenden adoctrinar a nuestros hijos en las aulas. Ya que son tan reivindicativos y dicen algunos que están marginados y tan mal en occidente, yo les propongo que reivindiquen en Rusia, en los países musulmanes y muchos países de África subsahariana. Si dicen que aquí están muy mal y marginados, lo mismo allá están mucho mejor y pueden darnos lecciones a Europa.