La Alianza por la Paz y la Libertad tiene una característica particular: tres de sus líderes más importantes están en la cárcel.

Pedro Chaparro (DN) fue declarado culpable por una manifestación contra los separatistas catalanes, a pesar de que no implicaba más que lanzar unos volantes y corear cánticos, fue condenado a dos años y seis meses de prisión.

Lagos, por haber dirigido Amanecer Dorado, el partido nacionalista más exitoso de Europa en décadas.

Roberto Fiore, por ser uno de los organizadores de la manifestación más espectacular de Italia contra la tiranía de la élite mundial Covid-19. Cien mil personas salieron a las calles y la promesa de protestas aún mayores llevó a su arresto y detención, con un juicio político pendiente por cargos graves que conllevan penas potenciales de 20 años de prisión.

Simultáneamente, el vicepresidente fundador de APF, Nick Griffin, tiene prohibido ingresar a toda la Unión Europea durante al menos cuatro años como castigo por haber co-organizado una conferencia exitosa y completamente pacífica contra George Soros en Budapest.

En la paradoja que caracteriza a la política revolucionaria, esto es un signo del despertar por venir y no un motivo de desesperación.

A pesar de estas dificultades, más el incesante acoso burocrático y la negación de servicios básicos, la APF este último año ha tenido una reunión en Belgrado, una en Madrid y otra en París. Estos eventos confirman que la APF y su liderazgo pueden continuar cuando las cosas se ponen difíciles.

Pero ahora es el momento de volver a la acción política, porque estamos presenciando los cambios políticos y económicos más sísmicos desde la conferencia de Yalta de 1945. Los Pueblos de Europa están listos para cancelar la OTAN y la UE tal como la conocemos. La estructura militar y económica del capitalismo se derrumba y el cristianismo vuelve a asumir su papel de idea unificadora.

Necesitamos llevar a la APF para que sea influyente en los parlamentos y en los debates que se están gestando estos días:

• La necesidad urgente de poner fin a la cada vez más desastrosa y costosa guerra de poder de la OTAN en Ucrania, y de poner fin a las sanciones que amenazan a Europa Occidental y Central con una catástrofe energética;

• La necesidad histórica de traer de vuelta a Rusia y Bielorrusia a Europa, y ayudar a Ucrania y su nacionalismo a liberarse de la influencia perniciosa del Estado Profundo de EE.UU.;

• Salir de la OTAN y crear un sistema independiente de cooperación militar europea;

· Ayudar a Serbia a restaurar su soberanía sobre Kosovo;

• Hacer que Europa sea autosuficiente en agricultura;

• Exponer y resistir la agenda siniestra y tiránica de la élite mundial para el desmantelamiento de nuestros suministros de energía, el transhumanismo y la despoblación.

Estos son algunos de los temas importantes en los que la APF puede marcar la diferencia y, por su historia y experiencia, jugar un papel protagónico. Para ello necesitamos organizarnos como un partido estructurado, con líderes políticos, políticas bien explicadas y acciones imaginativas que lleguen a todos los rincones de Europa. Esto incluye la preparación para las próximas elecciones europeas en 2024.

La Secretaría General

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