SEGUNDO: Convocatoria de Elecciones a Cortes Constituyentes de urgencia, en la misma sesión. Lo hará Puigdemont, como President en funciones de la República Catalana. El plazo será de mes a mes y medio. Y los que tendrán que plantearse entonces si corren a presentar candidaturas a las urnas republicanas, o no, serán el PP, Ciudadanos y PSC, arrastrando con ellos a todos sus votantes y, si pueden, a todos los catalanes que no quieren ser carne de matadero bajo el yugo de la República catalana.
La campaña electoral a cortes constituyentes en Cataluña será la más violenta y sectaria que se haya visto nunca en España desde 1975. Todos los partidos traicionarán a la Constitución del 78, incluyendo a los integristas. ¿Cómo justificarán los ciudadanos o los peperos –no digo los socialistas, que son flexibles como lombrices– el participar en unas elecciones constituyentes bajo el amparo legal de la República Catalana como institución convocante.De ninguna manera: es que, si se niegan a participar en las elecciones constituyentes y a empujar a los catalano-españoles a las urnas –como se negaron en el pseudo referendo del 1 de octubre–, la victoria de los independentistas será por KO técnico.
No es que el Plan de Secesión sea brillante. Es que el Gobierno cede Cataluña. La partitocracia española la dio por perdida desde el mismo nacimiento de la Constitución de 1978, que no ha sido otra cosa que un compás de espera para que Cataluña adquiriera las estructuras de estado que lo permitieran.
En el interregno, a robar todos con saco y pala. Que no nos vengan a última hora con discursos patrioteros los mismos que cedieron la enseñanza a Pujol en 1996, sabiendo que en dos décadas transformarían a la juventud catalana en una abducida masa de delirantes defensores de Cataluña contra las fuerzas de ocupación españolas.
Fue Aznar –Rajoy fue luego uno de sus ministros– el que convirtió a España en una «fuerza de ocupación en Cataluña» a cambio de presidir el Gobierno en Madrid y disponer del BOE para iniciar la era de la mayor corrupción que se recuerda en España, a manos del PP. La fiesta-botellón ha durado 40 años.
Ahora toca recoger la basura, las vomitonas y asumir el dolor de cabeza. ÁCRATAS (*) Además de las presiones sufridas que no son casualidad: atentados del 17-O, dos cazas del ejército derribados, un fuego descontrolado en Galicia con centenares de focos, imposibles de lograr sin el uso de drones incendiarios, el conato de asalto a La Zarzuela… (**) El Comando Aranzadi sabía que la pregunta de la carta de Rajoy sobre si Puigdemont había declarado o no la República era una gilipollada. Obviamente no, no tiene esa competencia ni siquiera en una partitocracia. Puigdemont pidió el 10-O la suspensión del Plenari para declararla.
Comentario publicado en el ultimo programa de Aquí la Voz de Europa.
Deja tu comentario