El gigante norteamericano controla al menos 100.000 activos inmobiliarios en España a través de decenas de sociedades. La mayoría de los inmuebles está en Cataluña. Si finalmente completa la compra del banco malo del Popular se convertirá en la mayor inmobiliaria de España, por delante de Sareb.
Poca gente de a pie conoce a Blackstone. Incluso preguntados por ello, esta firma les suena más a una empresa de mercenarios (por Blackwater) que a lo que es: uno de los mayores fondos de capital riesgo y el mayor inversor extranjero en ladrillo español.
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Bancos y fondos de inversión privados extranjeros y países como China se están quedando con trozos cada vez mayores de nuestra economía ante la colaboración entusiasta de la derecha liberal y ante el silencio cómplice de los partidos y movimientos de izquierda.
La izquierda, que debería estar pidiendo un Estado fuerte para poder defenderse de estos gigantes económicos y políticos mundiales, hace lo contrario, ya que se dedica a fomentar una nación débil y balcanizada ¿puede una nación así organizar un Estado fuerte? evidentemente, no.
Por su parte la derecha liberal, mientras finge defender los interesas nacionales, defiende un Estado débil, sin competencias de ningún tipo, lo que tampoco permite parar los pies a los Blackstone de turno. La realidad es que los liberales ni siquiera defienden a la nación. Su discurso pro-nación es otra de sus mentiras para engañar a tanto derechista despistado e ingenuo que no se entera de nada y que es incapaz de ver que los liberales odian a las naciones tanto como a los Estados y cuyo objetivo es el desmantelamiento de los Estados-Nación para que sean una presa más fácil del capitalismo internacional. Desmantelamiento al que también colaboran los izquierdistas de todo pelaje con sus agendas masónico-globalistas. Al final entre unos y otros han abandonado a la clase trabajadora nacional y nos han dejado indefensos ante Blackstone, Vanguard, China, el BCE, el FMI, la OTAN o cualquiera que nos quiera imponer su agenda.
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