Se acaban de cerrar los acuerdos de gobierno en las comunidades de Murcia y Madrid entre el PP, VOX y Ciudadanos y los resultados no pueden ser más decepcionantes, en especial analizando lo que ha hecho el partido liderado por Santiago Abascal, que ha cedido en casi todo a cambio de casi nada.

Ya existía el precedente de Andalucía, donde allí también el partido VOX dio un giro radical y en apenas 24 horas cedió en todas sus pretensiones y terminó convirtiéndose en una simple muleta del PP y Ciudadanos. Parece que, en esta ocasión, y para disimular un poco, han estado mareando a la espera de que llegara el mes de agosto a ver si de esa forma sus seguidores estaban de vacaciones y eran menos conscientes de lo que estaba pasando. Parece claro que desde el minuto uno todos sabían que estos acuerdos se iban a firmar. Lo que nadie esperaba es que fuera de esta forma.

Tanto en Murcia como en Madrid, VOX ha renunciado a derogar las leyes LGTB y de ideología de género que existen en ambas regiones, cuando ambos puntos forman parte del núcleo ideológico de este partido y de sus votantes. En Murcia, casi al día siguiente de haberse firmado el acuerdo de investidura, el nuevo presidente (PP) declaraba que gobernará para todos los murcianos “amen a quien amen y recen a quien recen”, una clara bofetada contra VOX. Bofetada que se volvió tortazo cuando el nuevo gobierno creó la Consejería de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias (en plural) y Política Social. En esta Comunidad, VOX logró el compromiso del nuevo gobierno de promover ayudas para la natalidad, pero al no diferenciar entre extranjeros y españoles lo único que van a fomentar es un efecto llamada de extranjeros para tener hijos en Murcia. Queriendo limitar la inmigración, VOX la va a estimular.

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Ayuso (PP) Monasterio (VOX) y Aguado (Ciudadanos)

En Madrid ha sido aún peor. El teatro de Rocío Monasterio presentando sus quince medidas no ha engañado a nadie, pues once de esas medidas ya estaban incluidas en el acuerdo entre PP y Ciudadanos. Además, Ciudadanos ya ha dicho que las medidas de VOX son “asumibles”, algo bastante preocupante teniendo en cuenta que Ciudadanos es un partido ultra-progre y globalista y la nueva Presidenta Ayuso ya ha dejado caer que el nuevo gobierno se guiará por las 155 medidas incluidas en el pacto PP-Ciudadanos. En otras palabras, que se va a pasar por el forro las propuestas de VOX.

En dichas propuestas, VOX, no solo renunciaba a modificar las leyes LGTB y de género, sino que renunciaba también a casi todas sus propuestas de un mayor control de la inmigración, como la repatriación de los menores extranjeros no acompañados (MENAS) y la supresión de ayudas a los inmigrantes en situación irregular y “a aquellas asociaciones que promuevan la inmigración ilegal». Monasterio llegó incluso a defender “la integración cultural y socio-laboral de los MENAs” cuando lo único que hay que hacer con estos inmigrantes ilegales es deportarlos.

Eso sí, seguro que VOX se apuntará de forma entusiasta al pelotazo inmobiliario de la Operación Chamartín, en el que, suponemos, miles de obreros dominicanos, ecuatorianos, colombianos, senegaleses, nigerianos, marroquíes o argelinos serán llamados para trabajar, mientras nadie (VOX incluido) reclamen preferencia nacional para los trabajadores españoles en este tipo de proyectos. Suponemos que también VOX se apuntará en Madrid a las medidas neoliberales clásicas que defendió su gurú económico durante la campaña electoral, como privatizar educación, sanidad y pensiones y lamentarse de la “discriminación fiscal” que sufren los ricos. Y, de paso, suponemos que también caerá alguna licencia de radio y televisión para Jiménez Losantos, uno de los principales arquitectos del acuerdo.

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¿Qué ordenes recibieron Casado y Arrimadas en Bilderberg 2019?

Estaba claro desde el primer día que estos pactos iban a  producirse. Si bien en un principio, VOX despertó muchas esperanzas, desde sus extrañas reuniones con la cúpula de la banca anglosionista en Nueva York y Londres (la misma banca que financia la ideología de género, el movimiento LGTB, las fronteras abiertas y todo lo que VOX dice oponerse) ya dio la sensación de que este partido no podía ser demasiado fiable. Más aún después de su clamoroso silencio tras la asistencia a la reunión Bilderberg 2019 de Pablo Casado (PP) e Inés Arrimadas (Ciudadanos) donde, evidentemente, ambos políticos recibieron órdenes de la agenda a implantar en España ¿cómo es posible que VOX callara ante algo así?

Este partido despertó muchas esperanzas en su momento pero, desde luego, este no es el camino. Si de verdad quieren ser una auténtica alternativa nacional tendrán que cambiar de forma radical sus políticas. De lo contrario, se convertirán en simples marionetas del R78, del PP, de Ciudadanos y de sus patrones extranjeros, que no son más que globalistas que buscan la destrucción de nuestra soberanía y de nuestro pueblo.