Abdelbaki es Satty, imán de Ripoll y cerebro de los atentados de Barcelona, fue investigado por la Policía y la Guardia Civil en la operación Chacal contra el terrorismo yihadista. No encontraron suficientes pruebas contra él, pero sí contra el que fuera su maestro, el también marroquí Mohammed Mrabet, gerente de la mezquita de Vilanova i la Geltrú (Barcelona).
Mrabet fue detenido en 2006. La Audiencia Nacional lo condenó en 2009 a siete años de prisión por un delito de integración en organización terrorista. Se le ofreció como abogado el activista Jaume Asens, actual cuarto teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona. Asens, muy próximo a Ada Colau, fue elegido concejal en las elecciones de 2015 por la candidatura de Barcelona en Comú.
Fuentes jurídicas relatan que la operación se hizo «de forma precipitada» y solo se pudo procesar a nueve de los 20 detenidos.
Otro de los exonerados, Mohammed Samadi, también tuvo como abogado a un actual político catalán, el diputado de la CUP Benet Salellas, un gran especialista en la defensa de acusados de terrorismo yihadista.
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La ultraizquierda, como enemiga declarada que es de España, de Europa y de la Cristiandad y como buena defensora de la invasión islámica de nuestro continente, llega al punto de defender en los juicios a investigados por yihadismo. No es ninguna sorpresa, para la ultraizquierda el terrorismo islamista siempre ha sido la «respuesta comprensible del mundo islámico ante las agresiones racistas e imperialistas de Occidente». La ultraizquierda siempre ha defendido al islamismo. Sólo tras este atentado en suelo español y cuando queda claro que el ISIS cuenta con extraños patrocinadores, la extrema izquierda hace como que condena el terrorismo islamista. A primera vista llama la atención que una ideología atea, anti-religión, laicista y «progresista» defienda a la religión más fanática del mundo, pero cuando se entiende que el objetivo de la ultraizquierda es la destrucción de España y de Europa ya queda claro por qué defiende la islamización de Europa e incluso a islamistas radicales. Son la herramienta a través de la cual tienen pensada destruir nuestra cultura e identidad ¿se lo vamos a permitir?
Jaume Asens
Benet Salellas, diputado de las CUP
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