Enrique López

Enrique López

No quiero dar cifras de víctimas pues los números son confusos.

Por lo que se está informando es una verdadera acción “bélica”, perfectamente preparada y llevada a término.

Han escogido el “mejor” momento para organizar su orgia asesina de terror.

Esto es la guerra. Una guerra sucia, con tintes de guerra civil, religiosa y racial. Si: racial.

Al grito de “Ala es grande” se asesina mejor.

Vendrán los giliprogres, los lilas de lo políticamente correcto, los acojonados de guardia, a decirnos que “hay que distinguir entre los musulmanes violentos y los moderados”: SI, por supuesto, hay que distinguir.

Los “violentos” son los que asesinan. Los putos “moderados” son los que aplauden a los asesinos. Así de claro.

Mientras no nos enteremos vamos listos.

Vendrán los mamarrachos babeantes que dirán que “los moros no quieren conquistarnos – bien por las armas, bien por sus barrigas – que solo vienen a trabajar”. ¿En que trabajan? O Delinquiendo o viviendo de nosotros.

¡”Tontos útiles”! Os recuerdo que era como se llamaba a los que defendían e infiltraban el criminal comunismo en nuestras sociedades. “Canonizaban” a las peores bestias rojas: El “padrecito” Stalin, Mao –“el gran timonel” – Che Guevara, hasta elogiaban al “asesino de Paracuellos”…

Y si protestas vendrán , cual inquisidores ateos, con lo de la islamofóbia, el racismo y demás “mantras” progres.

El problema es la islamofilia. El poner alfombra roja a los invasores, que solo quieren terminar con nuestra Civilización, con nuestra Cultura, con nuestras Tradiciones y con la raza blanca.

Frente al odio de estos salvajes solo cabe responder con la mayor energía, con la mayor contundencia.

Espero que los memos que lloraron con el dichoso Aylan, con la no patada al Osama y demás memeces propagandistas, reaccionen con igual dolor ante los cuerpos destrozados, acribillados a tiros, de los caídos esta noche trágica en Paris.

Cuantos menos musulmanes alberguen nuestras naciones mas seguros estaremos; cuantos mas, mayor será la probabilidad de elementos terroristas.

Esto es una guerra, sucia y cobarde, donde un bando pone los asesinos y el otro los muertos.

Cuando la guerra de Argelia, en Francia se impuso el toque de queda para los argelinos.

Ahora estamos peor: la Policía no puede ser tan contundente como entonces lo podía ser; los jueces no eran una banda de sectarios y funcionaba la “viuda roja”, la guillotina.

Mañana Occidente llorara calladamente, con manifestaciones silenciosas – ¡no vaya a ser que algún grito ofenda a los invasores! -, no solo por los muertos sino por su propia impotencia frente a la barbarie musulmana.

Por el contrario, el mundo musulmán, celebrara, con mayor o menor intensidad, esta matanza. Lo que no harán será derramar una lagrima por estos “infieles”.

stop islam 2